Prueba del Tesla Model S 100D: tomorrow comes today...

Destrozará todo si pisas a fondo. Incluyendo tus esquemas...

Debo reconocer que siempre he sido muy escéptico con respecto a los coches eléctricos -aquí los mejores para comprar en 2017-: además de presentar problemas muy serios con respecto a su autonomía y por ende, versatilidad de uso, me parecían una respuesta deprimente a las necesidades de movilidad del futuro para quienes todavía amamos la conducción. ¿Qué ha ocurrido con la llegada de la empresa de Elon Musk? Que todo eso parece haber cambiado... y es precisamente lo que quiero comprobar en esta prueba del Tesla Model S 100D. ¿Andas a la caza de un cepo con el que dejar a tus amigos sin habla al aplastar el pedal derecho? Creo que tengo entre manos al candidato perfecto. Literalmente. 

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Antes de ir a recoger el Model S que la marca tenía preparado para mí, tuve que hacer un pequeño repaso a sus especificaciones... para llevarme el primer chasco: no se trataba de la versión ‘P’. Sí, esa que puede alcanzar los 100 km/h en sólo 2,7 segundos. Pero en realidad no era algo tan malo: en su lugar me llevaría la variante que más distancia permite recorrer de toda su gama con una sola carga, y es que este 100D puede alcanzar los 632 kilómetros -en ciclo NEDC, que son unos 530 reales- si sales de casa con la batería rebosante de kilovatios. Sí, has leído bien: estamos hablando de un coche eléctrico con el que podrías llegar desde Madrid hasta Lugo sin problemas. ¿Ha resuelto Tesla el problema de la autonomía en los eléctricos? Oh, sí. 

Tesla Model S 100D

Pero antes de empezar a hablarte sobre el coche protagonista de esta prueba del Tesla Model S 100D como tal, déjame que repase las cifras: monta un motor eléctrico de 260 CV y 249 Nm de par máximo en cada eje que, actuando conjuntamente, erogan una potencia final de 422 CV. A pesar de las más de dos toneladas que marca la aguja de la báscula al subirlo encima, la entrega inmediata de todo el par de su mecánica le permiten presumir de una aceleración de infarto: sólo necesita 4,3 segundos para alcanzar los 100 km/h y puede rodar a una punta de 250. Puede que no te impresionen sobre el papel, pero te aseguro que resultan dos números sobrecogedores en la práctica. 

Sin duda alguna, el diseño del Tesla de esta prueba me parece de lo más acertado: tiene unas líneas realmente seductoras que integran a la perfección todos los elementos de su carrocería, incluyendo detalles como la boca de carga... imposible de encontrar por nadie que no sepa dónde está. La unidad que pude disfrutar durante algunos días estaba configurada en un color muy discreto que no le hace nada de justicia al conjunto, aunque las comedidas llantas de 19 pulgadas -la marca ofrece en opción otras de 21- resultan perfectas para dar una buena impresión sin menoscabar las prestaciones. Que son muchas. Muchísimas. 

Por dentro el Tesla Model S 100D de esta prueba hace gala de un minimalismo salvaje que se lleva por delante absolutamente todos los botones físicos que podrías esperar en un habitáculo, quedando sólo el de las luces de emergencia y... el que abre la guantera del copiloto. En serio. El resto de los mandos que se emplean habitualmente quedan aglutinados en su enorme pantalla central de 17 pulgadas -sí, eso es más grande que la televisión que tenías en tu piso de soltero o soltera- que, aunque resulta más sencilla de utilizar de lo que parece, puede resultar algo confusa al principio. Debo confesar algo: quise poner las luces cortas cuando lo conduje por primera vez y no tuve más remedio que asumir la humillante derrota frente a la máquina. La era Terminator se acerca. Ahí lo dejo. 

Tesla Model S 100D

Si lo que te preocupa es el espacio, tengo buenas noticias: el Tesla Model S 100D puede presumir de unas plazas delanteras bastante generosas y cómodas con unas traseras que, aunque no pueden acomodar a tres adultos sin estrecheces, también resultan relativamente espaciosas. Y ahora, lo mejor: gracias a la ausencia de un motor en la parte delantera, el coche puede albergar equipaje bajo el capó en su pequeño espacio de carga de 59,5 litros... que se suman a los 750 disponibles en el maletero principal. Sí, estamos hablando de más de 800 litros en total. En una berlina. 

Y ahora, a lo importante: ¿qué tal va el Tesla Model S 100D de esta prueba?

Tesla Model S 100D

Evidentemente, a cualquier petrolhead como yo lo que le interesa de este coche es su desenvoltura a la hora de moverse... y no tengo más remedio que emplear una frase que dijo un colega cuando se dio una breve vuelta con él: se conduce curioso. El hecho de saber que el vehículo está listo para salir disparado en cualquier momento sin producir absolutamente ningún sonido es inquietante, y aplastar el pedal del acelerador mientras adquieres velocidad a un ritmo de infarto sin que nada colocado detrás o delante de ti haga "brum-brum" es absolutamente desconcertante. Aunque los 4,3 segundos que necesita para hacer el 0-100 no te resulten demasiado impresionantes, te aseguro que el modo que tiene de empezar a conseguirlos es abrumador: se trata de la sensación más salvaje que he podido experimentar jamás... y eso que hace bien poco he podido disfrutar probando un Porsche 911 Carrera 4 GTS 2017. ¿Has subido alguna vez a una montaña rusa de las guapas? Pues la sensación en el cuerpo es semejante a la que podrías sentir al empezar la primera bajada grande del recorrido. Te lo prometo. 

A la hora de devorar curvas es donde llega su punto débil: además de montar un equipo de frenos que creo que no está a la altura de la escalofriante velocidad que puede alcanzar, creo que la dinámica de conducción no engancha todo lo que debiera. Evidentemente los más de 2.000 kilos que pesa el conjunto juegan un papel importante y con una berlina no se puede esperar el mismo comportamiento entre curvas que con un deportivo, pero no puedo evitar pensar que, por el momento, al coche eléctrico le queda muchísimo trabajo para convencer a los más apasionados del volante. ¿Has oído hablar del Porsche Mission E? Aún queda esperanza. 

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Pero no creas que lo que acabo de decirte significa que el Tesla Model S 100D de la prueba sea un mal coche, porque pienso todo lo contrario: se trata de una auténtica maravilla de la tecnología que, de una vez por todas, ha sabido demostrar que los coches eléctricos son una alternativa realmente viable para movernos. Ya mismo. Con una autonomía de más de 500 kilómetros reales, una red de Supercargadores en continua expansión y la posibilidad de ir cargándolo en restaurantes, hoteles y centros comerciales -yo mismo lo enchufé a una toma de uno que tengo al lado de casa para probarlo-, cada día quedan menos excusas para no pensar en hacerse con algo así. A mí me sigue quedando una: su precio. Tesla quiere por este modelo nada menos que 113.850 euros que, bien pensado, no es tanto dinero si piensas en toda la ingeniería que lleva detrás y en que sus rivales siguen en pañales en cuanto a la movilidad del futuro. Y pronto llegará el Model 3... que podría ser la auténtica revolución si la Unión Europea no lo carga de aranceles para hacerlo menos competitivo en nuestro mercado. Y lo hará. ¡Ay!

Tesla Model S 100D

Nuestro veredicto

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Etiquetas: Tesla