Estos son los coches de James Bond que puedes comprar , sí, tú, cualquiera. Ni siquiera necesitas ser multimillonarios para terminar con un coche Bond en el garaje: en los muchos años que lleva en pie esta saga han sido muchos los coches que han pasado por sus manos, algunos ya son iconos del automóvil con precios inalcanzables, pero otros los puedes encontrar por mucho menos de lo que piensas a priori. ¿No te lo crees? Echa un vistazo a la galería y verás. Vale que no son coches nuevos , pero molan un montón.
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Y es que el automóvil y James Bond siempre han ido de la mano: ¡incluso a día de hoy sigue teniendo mucho tirón! ¿Has visto el Lotus Evora Sport inspirado en el diseño del Lotus Esprit de James Bond ? Nadie olvida que un Aston Martin DBS participó en Casino Royale o la espectacular escena con el Aston Martin Vanquish y el Jaguar XKR en el hielo de ‘El mundo nunca es suficiente’. ¿Y qué me dices del BMW Z8? No puede tener más estilo, perfecto para el universo de lujo y glamour de James Bond.
A España, el film, de 1964, llegó como ‘James Bond contra Goldfinger’. En él, además de Sean Connery, aparecía por primera vez el Aston Martin DB5, probablemente, el coche de James Bond más famoso de todos. Tenía ametralladoras tras los intermitentes frontales, matrículas giratorias en tres posiciones, un escudo a prueba de balas en la trasera que también producía una cortina de humo, pinchos que destrozaban neumáticos y un asiento eyectable. Muy apropiado.También es, aparentemente, el DB5 más rápido que existe, ya que cuando Pierce Brosnan lo condujo en GoldenEye (1995), se las apaña para alcanzar un Ferrari F355 Spider en una carretera de montaña. El DB5 se lanzó al mercado tres meses antes de que se filmara Goldfinger, pero fue llamado a filas para reemplazar el DB MkII que 007 llevaba en las novelas. ¿Quién iba a decir que se convertiría en uno de los coches más icónicos de la historia del cine?
Técnicamente, se trata de un Bajaj RE, pero es más conocido como tuk-tuk. Este taxi de tres ruedas conducido por Roger Moore en la 13ª entrega de la saga Bond, Octopussy (1983), resultó ser más de lo que parecía. La escena incluía a 007 ganando una partida de backgammon de alto riesgo a un príncipe afgano y enrollándose después con la agente local del MI6 Vijay… aunque tienen que escapar bruscamente. Nuestra pareja de héroes es perseguida por uno de los secuaces de Kamal Khan, Gobinda, en un vehículo similar y a través de un mercado abarrotado, lo que nos lleva a uno de los clásicos guiones de Bond: “Tenemos compañía”. Vijay: “No te preocupes, esto es un coche de empresa…”. Vijay pisa el acelerador y consigue una maniobra espectacular con un cacharro que debe tener medio caballo, si llega.Pero parece que los británicos no son los únicos con acceso a una división Q o a motores de motos deportivas. La persecución que sigue por las calles de Udaipur, India, es una de las típicas de principios de los 80 que mezclan acción y diversión.Curiosamente, Bajaj sigue fabricando la gama RE, aunque las versiones actuales incluyen un propulsor bicilíndrico de 145 cc con casi 9 CV. Su exterior es prácticamente igual, así que, si quieres representar tus fantasías con Octopussy, puedes hacerlo.
Estamos en 1971 y es la sexta y última aparición de Sean Connery como el espía legendario, en una misión relacionada con el tráfico de diamantes, un láser gigante y, por supuesto, Ernst Stavro Blofeld y su afición por acariciar gatos en su regazo. Pero el hecho de que Blofeld estuviera creando sus propios dobles mediante cirugía plástica no es lo que más nos interesa. No; lo que nos mola es la escena en la que Bond escapa de los laboratorios Willard Whyte (situados en una mina de yeso en las afueras de Los Ángeles) y el pequeño Honda ATC que se agencia. Admitámoslo; estábamos obsesionados con ese vehículo, ya que el ATC (All-Terrain Cycle) era un exitazo en América. Se presentó en 1969, con tres neumáticos de alta flotabilidad, un motor de 89 cc, 7 CV y mucho, mucho carácter.Básicamente, se trataba de un juguete a tamaño real que podías cargar en el maletero de un coche grande. Costaba unos 560 euros y tenía la capacidad de romperte un tobillo gracias a su inestabilidad crónica. La suspensión consistía en sus propios neumáticos, que frecuentemente iban con presiones muy bajas para avanzar en el barro o la arena… y así es cómo Bond se libra de su propia sombra en uno de esos momentos que desafían las leyes de la física y contribuyen a la magia del cine.De forma interesante, 007 se las apaña para parecer un gentleman mientras conduce este triciclo, incluso estando en medio del desierto vistiendo un traje gris impecable. Aunque te aconsejamos un casco la próxima vez, James.
Otro coche convertido en icono gracias a una aparición en la saga Bond: vimos esta cuña blanca en la película de 1977 ‘La espía que me amó’, con Roger Moore perseguido por el villano Jaws (el tipo con la dentadura de acero). El Lotus de 007 era único, ya que, en lugar de dejar que el agua se colase en su interior, como en muchos de los vehículos de la marca, éste se convertía en submarino con misiles antiaéreos. El modelo real es propiedad ahora de Elon Musk. El de Tesla, sí.
Otro Aston para el señor Bond en 1987; esta vez, el V8 Vantage de Alta tensión, film en el que se estrenaba Timothy Dalton como 007. Empezó como un Volante descapotable, pero Q lo preparó para el invierno, añadiendo, aparentemente, un techo duro sin interrupciones y manteniendo las matrículas. También incluyó algunos extras, como un panel de control bajo el reposabrazos central que manejaba los láser y los misiles, neumáticos con clavos que podían esconderse si no se necesitaban (¿por qué nadie ha inventado esto todavía?), el turbo de un pequeño cohete y un receptor de la radio de la Policía. El vehículo era a prueba de balas; posiblemente, por eso necesitaba el turbo del cohete. Si todo este equipamiento fuera real, el coche rondaría un peso de 80 millones de toneladas, más o menos.El V8 Vantage original se presentó en 1977 como ‘el primer superdeportivo británico’, gracias a su impresionante (para la época) velocidad máxima de 270 km/h. Pasaba de 0 a 100 en 5,3 segundos y todo ello envuelto en cuero. El motor, un 5.3 V8, utilizó la inyección directa en la unidad de la película. La leyenda dice que el Príncipe de Gales manejó fuera de cámara el lanzador de cohetes que Q había instalado en su laboratorio y, en 1987, pidió un Vantage Volante. No tenía el mencionado lanzador de cohetes, pero sí se quitaron los pasos de rueda y los faldones laterales. Aston lanzó una serie limitada de 26 unidades ‘Príncipe de Gales’ que están ahora entre las más buscadas.
Entre volcanes y ninjas, ‘Little Nellie’ fue el arma secreta de Connery en la película de 1967 ‘Sólo se vive dos veces’. Era un autogiro Wallis WA-116 Agile que pilotaba su inventor, el comandante Ken Wallis. Básicamente, se trata de un helicóptero para una persona. Llevaba un motor 4.3 y medía apenas 3 metros, pero contaba con un par de metralletas, dos lanzacohetes, misiles aire-aire, dos lanzallamas, dos bombas de humo y algunas minas. Se supone que su nombre viene de Nellie Wallace, estrella de la música británica en 1900, y que el guión del film salió del lápiz del hijo de Roald Dahl, el guionista, basándose en la novela original de Ian Fleming.
Comercializado originalmente por la marca gala de 1981 a 1988, el Renault 11 probablemente no parece el coche ideal para Bond, James Bond, ya que es tan atractivo como un sofá marrón. Pero cuando estás en 1985 y tienes que perseguir a una mujer llamada May Day (interpretada por Grace Jones) que da bastante miedo y, que, además, ha saltado en parapente desde la Torre Eiffel en París, un taxi Renault 11 es justo lo que necesitas. Este vehículo se hizo famoso por su capacidad para seguir avanzando incluso tras recibir heridas serias: primero, Roger Moore lo hace pasar por debajo de un camión que le arranca el techo; después, la mitad trasera es amputada al ser golpeado por otro coche. No se sabe si esto es la prueba real de la fiabilidad de este pequeñín bajo presión o un triste indicio de las soldaduras francesas, pero se hizo para el entretenimiento en pantalla, así que…
Pregunta a los fans de Bond qué conduce y responderán ‘Aston Martin’. A pesar de los esfuerzos de BMW o Lotus, 007 siempre estará ligado a Aston.Pero lo que nunca llevaría sería una edición especial como ésta. De hecho, la única manera de estropear el increíblemente precioso DB9 (que, por cierto, nunca ha aparecido en la franquicia de películas del agente secreto) es realizando una serie limitada que remita deliberadamente a Bond. Y no es la única vez que pasa, como vas a ver.
Se emplearon dos equipos y dos localizaciones para rodar la escena más ambiciosa de ‘Diamantes para la eternidad’. Por desgracia, cuando se juntaron, alguien se dio cuenta de que el coche marcha sobre el lado derecho y, de repente, aparece sobre el izquierdo. Para arreglarlo (ejem), se grabó un plano desde el interior del coche que quería mostrar un aparente cambio de ángulo.
Honestamente, podríamos llenar una página con los crímenes de ‘Muere otro día’. La canción de Madonna, el palacio de hielo, los malos que cambian de cara… Pero más allá del láser espacial gigante y de Brosnan haciendo kitesurf en un tsunami, la ofensa más increíble es el Aston Martin Vanquish camaleónico, que parece desvanecerse. No necesitas a un especialista en ciencia para decirte que es imposible hasta el punto de lo insultante. Mantente fiel a los asientos eyectables, Q.
Pero no todo son superdeportivos exóticos y carísimos, qué va, en la galería podrás ver algún coche de James Bond que no te costará más que un Dacia Logan . Otra cosa es que los coches más míticos sí te vayan a costar un ojo de la cara. ¿Quién no sueña con el Jaguar C-X75 o el Aston Martin DB10 de James Bond ? Yo, sinceramente, con el Land Rover Defender de la película Spectre ya sería más que feliz. ¡Estos son los coches de James Bond más interesantes que puedes comprar hoy!