Nuevo Ford Focus ST 2019: un gasolina de 280 CV y un diésel de 190
El nuevo Ford Focus ST es la última variante del compacto de Ford que, no podía ser de otro modo, llega para alegrar 2019.
El nuevo Ford Focus llegó en 2018 con una imagen muy potente incluso en las versiones normales, por lo que el Focus ST no supone un salto visual demasiado radical. Pero, como suele ocurrir en estos casos, lo bueno está en el interior.
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Ford Focus ST 2019: gasolina 2.3 de 280 CV
Como con la anterior versión del Ford Focus ST, tendrá dos propulsores diferentes (no, no habrá ningún coche híbrido con esta insignia, al menos por el momento). El que a todos nos gusta más es un gasolina Ecoboost 280 CV y 420 Nm, es decir, en la zona buena de los mejores compactos deportivos rivales (Renault Mégane RS, Hyundai i30 N, Seat León Cupra y demás).
Este cuatro cilindros turbo es una evolución del 2.3 Ecoboost anterior, aunque también lo podrías ver como una versión descafeinada del que usa el Ford Focus RS. Para el nuevo Focus ST estrena algunos retoques que le permite alcanzar 280 CV (30 más que antes) y 420 Nm. Por ejemplo, tiene un turbo twin scroll con helíces de baja inercia, se ha retocado la admisión y la salida del escape (genera menos presión). También se ha añadido una wastegate electrónica y un intercooler rediseñado.
El Focus ST de gasolina está unido a una caja de cambios manual que tiene un recorrido más corto (un 7 por ciento, si te lo preguntas) pero también se puede optar por una caja automática de doble embrague con siete relaciones. Realmente no necesitas hacerte eso: con el Focus ST manual unido al Performance Pack podrás disponer de un modo de punta-tacón automático.
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Además, el modelo con motor 2.3 Ecoboost tiene un diferencial autoblocante controlado electrónicamente que en la marca llaman eLSD. Utiliza una serie de embragues hidráulicos y puede mandar hasta toda la fuerza a una sola rueda si es necesario. Atención, puristas: parece ser que de este modo se consigue mayor rapidez de actuación que con un LSD normal, ya que el sistema analiza la posición del volante y utiliza una serie de sensores repartidos por el coche para prevenir el subviraje casi antes de que aparezca.
Ford Focus ST 2019: diésel 2.0 de 190 CV
El mercado manda, así que inevitablemente tiene que existir una versión de gasóleo. Se trata de un 2.0 EcoBlue que pasa de 185 CV a 190 con 400 Nm. Esta versión, que estrena cilindros de acero, solo estará disponible como manual, pero parece ser que no podrá disponer del Performance Pack con el punta-tacón automático ni con el eLSD: en este caso se deja que la electrónica simula un autoblocante a través del sistema de frenos (al estilo de los XDS de los modelos de Volkswagen, Seat, Skoda y Audi, por ejemplo).
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Lo que sí tienen en común las dos variantes del nuevo Ford Focus ST es una dirección más rápida (un 15%) y unas suspensiones específicas. A decir verdad, son solo medio nuevas, ya que en Ford Performance han pensado que los muelles de la versión estandar del Focus está mejor que bien. Lo que han cambiado han sido los amortiguadores, algo más enérgicos (un 20 por ciento delante y un 13 detrás. Además, se mantiene el Ford Focus ST Wagon con un set up de suspensiones específico para el mayor peso en la zona trasera. En todos los casos la carrocería baja un centímetro.
Aparte de las suspensiones más deportivas y la dirección y el cambio más rápido, en Ford Performance lo han dotado de unos frenos más potentes. Delante lleva unos discos de 330x27 con pinzas de doble pistón, mientras que detrás lleva unos 302x11. Más allá de medidas, que puede estar muy bien de cara a la galería, lo interesante es que se han puesto a punto teniendo las mismas exigencias que en el Ford GT. El resultado es que han conseguido una resistencia a la fatiga cuatro veces superior a la generación anterior.
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