Prueba del Porsche 944 Turbo: un deportivo clásico que podría ser tu coche de diario
Nos ponemos tras el volante del icónico Porsche 944 Turbo. ¿Mantiene su atractivo este deportivo de los 80 más de 30 años después de su fabricación?
Muchos deportivos turbo de los años 80 fueron coches especiales y el Porsche 944 Turbo de esta prueba fue uno de los mejores. Tras lanzar esta tecnología de motores en el 911, Porsche decidió llevarla a otros modelos y en 1985 aterrizó en la gama del 944, dándole a este modelo un nuevo carácter. Ahora bien, ¿sigue siendo un buen deportivo en 2024?
Basado en parte en el 924, la historia de este modelo comenzó a principios de los 80, cuando llegó en 1982 con un motor cuatro cilindros en línea de 2,5 litros. No era tan radical como un Porsche 911, pero podía ofrecer también unas sensaciones propias de la firma de Stuttgart al volante. Sin embargo, en unos años en los que se rompieron todos los moldes, hubo que ir más allá.
El resultado es el modelo que me acompaña hoy: el Turbo. Concretamente, se trata de una de las unidades más recientes, ya que data de 1989 y esta variante estuvo a la venta hasta 1991. En su último año se ofreció incluso en versión descapotable, pero ese no es el caso de este ejemplar.
A simple vista, el diseño del Porsche 944 Turbo era y es fácil de identificar. Por supuesto, las líneas habituales del modelo están presentes, así como elementos como sus faros escamoteables. Sin embargo, destaca el paragolpes frontal, con los faros antiniebla y las luces de carretera integradas.
Junto a esto, otras novedades de esta variante respecto de otros integrantes de la gama fueron la desaparición de los topes de goma de los paragolpes, así como un difusor en la parte posterior. Además, esta unidad monta unas inconfundibles e impecables llantas de 16” -originalmente del Turbo S- envueltas en neumáticos Pirelli PZero.
Por otra parte, el interior del 944 Turbo sigue el estilo habitual de los modelos de la marca alemana en los años 80 y 90. Es sobrio y funcional, pero también tiene un aire premium, especialmente con la combinación del cuero negro y beige de esta unidad.
Sentado en el asiento del conductor, estoy situado bastante bajo, en una postura deportiva. El volante también está bajo y me toca levemente en las piernas estando al tope de su altura, pero no es un problema grande y es cierto que tengo las piernas muy largas. No estoy incómodo tras acostumbrarme y veo ante mí una instrumentación grande y clara formada por cuatro relojes.
A mi izquierda se encuentra el freno de mano, al contrario de lo que sucede en la mayoría de coches. Mientras tanto, la palanca del cambio de cinco velocidades está a mi derecha y cerca del volante. Todo está en un estado espectacular y es original, salvo por el sistema Porsche Classic Communication Management. Eso sí, su estética hace que pase desapercibido.
Un motor cuatro cilindros con 250 CV
Como he mencionado antes, esta versión turbo del 944 llegó en 1985 y entonces lo hizo con un propulsor de 2,5 litros que entregaba 220 CV. En 1988 llegó el Turbo S, que montaba un turbocompresor más grande que le permitió alcanzar los 250 CV de potencia. En esencia, era el motor que se utilizó en la copa monomarca 944 Turbo Cup desde 1987.
Con esta mecánica ofreciendo mejores cualidades, en 1989 se montó en el Turbo normal. Así, el motor del 944 Turbo que me acompaña es ese propulsor cuatro cilindros en línea de 2,5 litros con 250 CV de potencia, cifra que era más que suficiente para firmar un paso de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos y unos 260 km/h de velocidad máxima.
¿Cómo se conduce?
Como te puedes imaginar, conducir el Porsche 944 Turbo no es como estar tras el volante de un modelo nuevo de la marca alemana. El tacto es innegablemente el de un coche de hace décadas, lo que quiere decir que tiene los ingredientes que muchos amantes de la conducción echan de menos hoy en día.
Por ejemplo, la dirección es más pesada que una moderna, pero está asistida y no es un problema. También es comunicativa, rápida y bastante precisa, lo que te transmite mucha seguridad. Mientras tanto, la suspensión filtra adecuadamente los baches y las imperfecciones de la carretera, pero no enmascara todo como lo hace un coche nuevo y te sigue dando información.
En general, debo reconocer que la conducción es más cómoda de lo que esperaba. La sensación es casi como la de un coche nuevo y el mayor problema lo noto en el pedal del freno, que tiene una zona muerta al principio. Eso sí, posteriormente responde bien y los discos ventilados y el sistema ABS te permiten conducir con total confianza en todo momento.
Aun así, vamos a lo importante: ¿cómo se comporta el motor? De primeras, lo que me llama la atención es su sonido. Claramente, no es como el de un seis cilindros bóxer clásico de Porsche, pero tiene una nota bonita que se hace notar en todo momento, pero en su justa medida. De hecho, a bordo no hay demasiado ruido normalmente.
Por supuesto, el sonido crece al subir las revoluciones, que es cuando realmente el motor del 944 Turbo se despierta. En un rango de 2.000 rpm, la respuesta es más bien perezosa, pero notas cómo incrementa su vivacidad a partir de unas 3.000-3.500 rpm. No se trata de una patada fuerte, sino de un crecimiento gradual que puedes extender por encima de las 5.000 rpm.
Es por estos tramos donde realmente exprimes las capacidades del propulsor turbo de este deportivo alemán, algo que te permite disfrutar mucho más al volante. No se trata de un cambio tan radical como el que ofrece el 930 Turbo (aquí puedes leer la prueba) y, en general, es un coche más dócil. Aun así, se mueve con una agilidad destacable y sigue ofreciendo una conducción muy divertida.
En cierto modo, la peculiaridad de este modelo es que ofrece un mejor equilibrio entre las prestaciones y la comodidad. Sin ser tan emocionante como el 911 que se lanzó una década antes, es capaz de hacerte disfrutar con una experiencia de conducción que no ofrecen los coches nuevos. Además, también está más que capacitado para su uso en el día a día.
De hecho, aunque se trate de un Porsche de finales de los 80, este 944 podría ser un coche de diario totalmente adecuado y cómodo para los estándares de 2024. Su motor es suave, el cambio no tiene recorridos largos y es muy directo, la suspensión no hace de la conducción un infierno en zonas bacheadas y los frenos son muy eficaces fuera de la zona muerta.
A esto se suman también otros puntos positivos. Por ejemplo, el espacio en el interior es más que razonable y, si bien los asientos posteriores no son aptos para la mayoría de las personas, sirven para acompañar al maletero de 250 litros. Asimismo, otro rasgo que me encanta es la buena visibilidad que ofrece, gracias a elementos como la gran luneta trasera.
En definitiva, el Porsche 944 Turbo puede no ser el primero en el que la gente piensa cuando busca un clásico de Stuttgart sin motor atmosférico, pero también merece atención. Seguirás teniendo una conducción divertida y analógica, así como una usabilidad sorprendente para el día a día. Y todo, por mucho menos de lo que te costarían otros Porsche.
¿Cuánto me costaría uno?
Si quieres un 944, puedes encontrar unidades por 20.000 euros o menos en un estado de conservación bastante correcto. Ahora bien, el Turbo es uno de los más cotizados y eso hace que su precio también suba. Con unas 3.738 unidades fabricadas, tendrás que pagar unos 25.000 euros o incluso más de 30.000 euros en algunos casos.
Ahora bien, ¿te parece mucho? Para un coche de hace más de 30 años, claramente no es barato. Sin embargo, no deja de ser un deportivo clásico que ya ha subido de precio en los últimos años (como casi todos los clásicos) y que lo seguirá haciendo más adelante. Además, seguro que verlo aparcado en tu plaza de garaje hará que te no te duela tanto.
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Etiquetas: Motor turbo, Motor, coches clásicos