Mercedes 540 G4: el coche con el que Hitler se movía entre trincheras

Mercedes 540 G4

Gustavo López Sirvent

El modelo que transportaba al 'fúhrer' tenía un motor de 5,4 litros y 115 CV

En 1933, Adolf Hitler dio un puñetazo sobre la mesa del Parlamento alemán para hacerse con el dominio del país e instaurar su dictadura nazi. Como solía ser habitual en él, quería exhibir su poder en todos los ámbitos de su vida. Uno de ellos fue el coche que utilizaba para moverse entre trincheras: un particular Mercedes 540 G4

Reza el refrán que "a río revuelto, ganancia de pescadores". Y entre esas aguas se movió el führer. Inspirado en el fascismo italiano y aprovechando la depresión de la Europa de los años 30, el canciller encargó a Mercedes Benz el modelo más especial. Un vehículo exclusivo, destinado a los altos miembros de la Wehrmacht y, por su puesto, para el nuevo líder de Alemania.

Parido como un vehículo todoterreno para desplazarse sin problemas por el frente, el Mercedes 540 G4 era un automóvil capaz de atravesar el campo de batalla, pero, a su vez, exhibía lujo y confort, como no puede ser de otra forma en la firma teutona. 

La raza aria no sólo presumía de discursos racistas y tiros en la nuca, también quería ser superior a través de sus coches. El canciller imperial tenía dos vehículos preferentes: se movía con un Mercedes 770 K Grosser para ser recibido en loor de multitudes en sus actos institucionales. Y cuando iba al frente o visitaba las nuevas conquistas durante la guerra, prefería el 540 G4, mucho más polivalente.

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No se podía considerar un todoterreno como tal por su envergadura (5,92 metros) y su gordura (pesaba 3,5 toneladas). A eso hay que añadir que carecía de tracción total (sólo movía las cuatro ruedas traseras). 

Aun así, contaba con prestaciones que le conferían robustez y practicidad: su elevada altura al suelo, la presencia de una caja de cambios con reductora, los ejes rígidos traseros y los neumáticos todoterreno hacían que se desenvolviera bien en carretera. De igual manera, sumaba a su equipamiento un sistema de frenado hidráulico con servoasistencia en los tres ejes. 

Su blindaje en ciertas partes del coche provocaban su peso tan exagerado. Tenía un parabrisas de 30 milímetros de grosor, ventanillas delanteras de 20 milímetros y traseras de 30 milímetros y una lámina de acero de 8 milímetros en la parte trasera.  

Las puertas, la zona frontal y el suelo contaban con láminas de acero de 8 milímetros y los neumáticos estaban fabricados a prueba de balas. Esta última características provocaba demasiadas vibraciones en el interior, con lo que los modelos que transportaban al führer dejaron de llevarlas. 

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Las características de este armatoste no podían tener otra cosa que no fuera un motor muy potente. La firma de la estrella diseñó un gran propulsor de ocho cilindros en línea con diferentes niveles de cilindrada y potencia. El resultado fue un motor de 5.4 litros y 115 CV en la variante más potente. Este hecho le permitía alcanzar una velocidad máxima de unos 70 km/h.

Sólo tres unidades en el mundo, una de ellas en España 

Mercedes decidió darle exclusividad al 540 G4 y únicamente fabricó 57 unidades. De ellas, 30 montaron el motor más potente de 5.4 litros. Este modelo nunca llegó a ponerse a la venta, ya que estaba destinado al uso exclusivo del jefe del estado y mandos militares. Solo tres unidades han sobrevivido a nuestros días y una se encuentra en España.

El coche que transportaba al líder nazi se encuentra en el Sinsheim Auto & Technik Museum, restaurado después de ser utilizado como vehículo de bomberos al término de la Segunda Guerra Mundial. Hay otro G4 en Hollywood, donde ha sido empleado en algunas películas. Y la tercera unidad se la regaló Hitler a Franco, tras la Guerra Civil.

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El Generalísimo, tan astuto como malvado, usó muy poco este coche, debido a que, tras la Segunda Guerra Mundial no era muy recomendable hacerse ver con un vehículo alemán y prefería utilizar otros más cercanos a los vencedores de la contienda, como Bentley, Rolls-Royce, Cadillac o Buick. Solo lo utilizó en algunas cacerías oficiales por el Monte del Pardo.

Con el cambio de régimen en España, el 540 G4 pasó a formar parte del parque móvil de la Casa Real, siendo conservado con mucho cuidado. Mercedes-Benz Classic tuvo a bien restaurarlo en 2004. Además, se encargó de todos los gastos que conllevó la operación.