¿Qué te parecería tener un Porsche 356 y un 912 en un mismo garaje? La envidia nos corroe...

Porsche 356 y Porsche 912

Gustavo López Sirvent

Peter Ellinghorst es un CEO alemán que tiene estas dos joyas de la automoción en su taller de Bielefeld. El 356 lo adquirió siendo joven, con 20 años, y el 912 lo hizo muchos años después casi por casualidad. Ambos están restaurados, montan el mismo motor y tienen el mismo color.

El sueño de los amantes de los Porsche de época morirán de envidia cuando vean que en un mismo garaje hay un 356 y un 912, o lo que es lo mismo, dos deportivos con motores de cuatro cilindros que, además, son coetáneos. Asimismo, estamos en el año en el que el 356 soplará 60 velas y te contamos su curiosa historia. 

Este modelo se construyó porque Erwin Komenda, diseñador del fabricante alemán, vio que el coste del Porsche 901, con un motor de seis cilindros (21.900 marcos -casi 12.000 euros-) era superior al del 356 con un propulsor de cuatro (16.450 marcos -8.400 euros-).

Y entre medias llegó el 912, que mejoró las prestaciones de los dos anteriores, pero también con un cuatro cilindros, que rebajó todavía más su coste (16.250 marcos -8.300 euros).

Peter Ellinghorst es un CEO alemán que en su taller de Bielefeld presume de estas dos joyas de la automoción. “Como un jet sobre ruedas”, se puede leer en el álbum de fotos que arranca con el nacimiento de Peter y termina con una foto del padre, el hijo y el 356. 

Ese fue el día en que presentó el coche a su familia. “Mis padres sabían cuánto había trabajado para hacer realidad mi sueño de tener un Porsche 356”, destacó Peter. “Finalmente, hice con un 356 C que necesitó restauración, el 22 de mayo de 1991”.

En aquel momento tenía 20 años y el 356 fue su coche de bodas, con lo que es un miembro más de la familia. La historia fácilmente podría terminar aquí, pero a veces surge el deseo de más. 

Durante mucho tiempo, Peter había querido tener otro compañero de juegos junto a su querido 356, uno que pudiera hacer el mismo trabajo que su primer Porsche y que a la vez fuera capaz de afrontar los grandes kilómetros de un rallye o unas vacaciones.

Con esta idea en mente comenzó una búsqueda que lo llevó a los Países Bajos, donde un Porsche 911 que había encontrado en un prometedor anuncio de internet terminó siendo en realidad un montón de óxido con ruedas. 

Porsche 356 y Porsche 912

Sin embargo, allí, entre los muebles del jardín, como un elemento decorativo más, se encontró un coche accidentado que resultó ser un Porsche 912. Tenía daños severos en la parte delantera derecha y también acumulaba bastante óxido. Pero estaba en buenas condiciones mecánicas y portaba una de las codiciadas matrículas negras de California (era un modelo de importación).

El coche estuvo implicado en un accidente hace mucho tiempo en Estados Unidos. No obstante, demostró estar bien fabricado, pues de lo contrario no hubiera sobrevivido todo este tiempo”, supuso Peter Ellinghorst no exento de razón.

Dejando a un lado los trabajos de reparación, el Porsche 912 resultaba interesante por el buen estado de los cromados, las puertas o el revestimiento del techo. También conservaba el equipamiento, el motor y la caja de cambios originales. El chasis se pudo alinear sin problema y la carrocería no estaba torcida. Así que aquel 912 era la base perfecta para una restauración.

Una vez terminado el proceso, el coche fue trasladado a su hogar en Alemania, donde Peter pudo comparar con fascinación el 912 con el 356 C. “Es sorprendente la cantidad de elementos que tienen en común”, señaló.

El sistema de frenos, las llantas (que Peter reemplazó por unas Fuchs de primera generación de 14 pulgadas), los espejos retrovisores exteriores e interiores, el motor y muchas piezas menores eran idénticos en los dos coches. Así surgió la idea de pintar los dos coches del mismo color.

Color 'made in Jaguar'

En el caso del 356, Peter se había decidido a principios de los años 90 por un color característico de Jaguar, el denominado Satin Silver, presente en muchos clásicos de la marca inglesa. “Es un poco más oscuro que el color plata de Porsche de aquella época e incluso tiene un tono ligeramente verde”, explicó. 

Si hubiera elegido una pintura original, no le habría hecho justicia al cromo”. Peter se encargó del desmontaje y montaje del 912 con su amigo Peter Neitzel en el granero de este último. “Peter es un auténtico profesional y yo apenas estoy en mi segundo año de formación”, dice Peter 1 de Peter 2.

Neitzel sonríe y se siente halagado por estas palabras. Respecto al 912, a pesar de que los trabajos de carrocería, pintura, tapizado, motor y transmisión se llevaron a cabo en talleres especializados, cabe resaltar que los dos amigos remataron la obra con una precisión impresionante.

Aparcados uno al lado del otro, es evidente que a estos dos modelos de Porsche los separa una generación. Pero tienen muchos puntos en común y se fabricaron con solo dos años de diferencia (1964 y 1966).

¿Y qué sensaciones transmiten al conducirlos? Peter Ellinghorst inclina la cabeza de un lado a otro: “Es un poco difícil de decir. Treinta años después de su restauración, el 356 ya no está nuevo. Por este motivo, el 912 engaña un poco. En todo caso, el 912 tiene mejor chasis y dirección. Es más vivaz, gracias a su potencia ya la más moderna caja de cambios de cinco velocidades", aclara. 

Aun así, no cree que entre ambos modelos exista mucha diferencia: "Sin embargo, hay menos separación entre los dos coches de lo que podrías creer. Los asientos, la postura al volante, ese sonido evocador… Ambos son Porsche, sin lugar a dudas, y se pueden conducir todos los días”.