Porsche 911: 5 fortalezas, 2 debilidades y 1 realidad

El Porsche 911 es un deportivo como pocos, y no solo por su tradición, su historia y bla bla bla. Yo soy un apasionado de la marca y además de los coches clásicos, así que cuando alguien me habla del 911 pienso en muchas cosas, desde el 901 de 1963 hasta el GT3 Touring.

Es más que un deportivo

En pleno siglo XXI, 58 años después de que se presentara el primer nueveonce en el Salón de Frankfurt en 1963, es un modelo que sigue vigente y ha trascendido su papel como coche deportivo y es algo más: una declaración de intenciones, una forma de vida... Sin duda un coche con muchos puntos fuertes y alguna flaqueza.

Genial: diseño atemporal que todos conocen

No hay equivocación: aunque no sepas de coches, sabes que un Porsche 911 es un Porsche 911 incluso con poca luz: los faros, la línea de sus pilotos... Su silueta coupé es básicamente la misma en cuanto a lenguaje de diseño. Para los más avanzados, el sonido a bóxer es también inconfundible.

Positivo: muchos siguen circulando

Algo tiene que tener el 911 para que existan datos como que en torno al 80 por ciento de los 911 fabricados siguen circulando hoy, como el de arriba, que tiene más de un millón de kilómetros. No solo es por fiabilidad o calidad de construcción, sino que la gente los quiere. Los propietarios los restauran o los venden a gente que también los quiere. ¿Un 911 al desguace? Sacrilegio.

Bueno (más o menos): no se deprecian

Lo cual es una faena para los que aspiramos a hacernos con uno de estos Porsche. Los más apetecibles ahora tienen precios que como poco te hacen levantar una ceja. En la web de compraventa Milanuncios te encuentras que el 911 más barato es un 996 que está anunciado por más de 16.000 euros con un buen puñado de km (lo cual no tiene por qué ser malo).

Increíble: son un prodigio de ingeniería

Cuando se presenta una nueva generación, parece insuperable: más potencia, más velocidad, mejor comportamiento. Durante la prueba del Porsche 911 992 pude probar el nuevo modo WET que convierte a este todo atrás en un deportivo más dócil que un Seat Arona de gas. Pero tranquilo: con el facelift lo mejoran seguro...

Sorprendente: comportamiento intachable

... lo que me lleva a hablar del comportamiento. Quizá decir que va sobre raíles está ya tan sobado que no dice nada, pero es que es así: te tienes que volver muy loco para tener problemas con un 911 en conducción deportiva. ¿Y en circuito? De locos: frena tarde, entra cuando crees que no entra y sale con una tracción y empuje increíble.

PERO: ¿Demasiado grande y pesado?

Un 911 Carrera de 385 CV se pone a 293 km/h y llega a 100 en 4,2 segundos. Mucho. Pero con 1.505 kg para 4,51 metros, es quizá demasiado si lo miras con ojos de purista. Y parece un tanque si pones un 911 del 64: 4,16 metros, 1.155 kg. Quizá ha pasado de deportivo rabioso a gran turismo con todas las letras.

Bueno (o no): luego llega el Cayman y...

Y es que si piensas en hacerte con un 911 para ir a correr los domingos y volverte tan tranquilamente a casa disfrutando de tu música favorita a través del equipo Burmester de 5.000 euros, quizá se te vayan los ojos al 911 GT3 (510 CV) de 196.000 euros. Quizá demasiado cuando un Cayman GT4 (420 CV) de 113.000 hace 'casi' lo mismo...

Una realidad: difícil de sustituir

Por último, me parece que este es su principal problema: es un icono difícil de sustituir. Para mí el 911 es el mejor deportivo que se ha fabricado y se fabrica, pero con la que se avecina, va a ser complicado cumplir con las normas y restricciones que salen de las oficinas de Bruselas. ¿Un 911 eléctrico? Quizá es el momento de enterrar el nombre con honores...