Los coches eléctricos de Mazda y su loca solución con motor rotativo

Mazda CX-30
Saltan... "chispas"

De los coches eléctricos que Mazda quiere lanzar, al primero lo vamos a conocer la semana que viene en el Salón deTokio. Por ahora no se sabe gran cosa, hasta el punto de que está disfrazado de Mazda CX-30. Por lo tanto, no se puede saber si se tratará de un compacto o un crossover, aunque en Top Gear apostamos por esta última opción. Ya sabes: "es el mercado, amigo". De todos modos, hemos podido conducirlo y aquí tienes la prueba del primer coche eléctrico de Mazda... sea cual sea definitivamente.

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Pero más allá de eso, hemos querido saber qué piensan hacer en Mazda con su gama. ¿Pretenden electrificarla? ¿Podemos esperar grandes autonomías? ¿Y que pasa con los coches híbridos? ¿Van a lanzar alguno?

Así que manos a la obra. Nada como ir directamente a hablar con ellos, y eso es lo que hemos hecho durante la presentación oficial del mencionado eléctrico basado en el Mazda CX-30 en Oberursel, Alemania, a la que ha asistido nuestro compañero Enrique Trillo junto con un pequeño grupo de periodistas españoles. Y esto nos cuenta.

Motor rotativo y batería: ¿híbrido? No, range extender

También hubo un experimento con un RX-8 de hidrógeno
También hubo un experimento con un RX-8 de hidrógeno

No podíamos dejar pasar la oportunidad de preguntarles por el motor rotativo. Después del esperado Skyactive X, es probablemente el bloque que más ilusión nos hace a los aficionados, que recordamos al último Mazda RX-8 y que, de vez en cuando, nos ponemos contentos cuando nos enteramos de que están haciendo pruebas con una mula disfrazada de este precioso coupé en Nürburgring

Al respecto, nos han contado que la idea en Mazda es utilizar un motor rotativo junto con uno eléctrico. Según aseguran los que nos han chivado estas cosas, su tamaño tan compacto lo hace ideal para ubicarlo con el otro tipo de propulsor, ya que se ahorran unos buenos kilos de peso, algo de lo que adolecen todos los eléctricos.

Lo más sorprendente de todo es que de esta unión no saldrá un coche híbrido con su etiqueta Eco. Parece que ese nicho lo tienen cubierto con el Mazda3 2019 (prueba) y su sistema mild hybrid. En este caso, la idea es lanzar un range extender en el que los rotores del motor Wankel sirvan para alimentar a la batería, pero en ningún caso para mover las ruedas...

Y eso no es todo. Quizá en un futuro también aparezca un modelo híbrido enchufable o incluso una versión de hidrógeno, el elemento al que muchos le ponen la etiqueta de 'combustible' del futuro. En este sentido, igual convendría recordar que hace años ya se estudió esa posibilidad precisamente con un RX-8.

La idea es que funcione como range extender
La idea es que funcione como range extender

Los eléctricos de Mazda, más para el día a día

También hemos podido saber que ven los eléctricos más como un vehículo ideal para ciudad. Por eso no debemos esperar grandes baterías ni mucha autonomía porque en principio las distancias que se cubren no son tan largas como para que sean necesarios grandes equipos. Es más: aunque no han dado datos de los kilómetros que podrá hacer, sí podemos decir que tendrá una capacidad de 35,5 kWh.

Ya no hace falta irse al más que espectacular Porsche Taycan; bajando al mundanal ruido y quizá cegados por datos como los 449 km del Hyundai Kona eléctrico y su batería de 64 kWh, ya a algunos les parece que anunciar menos de 400 km de alcance es pobre. Sin embargo, hay modelos que ya siguen esa tendencia como los Smart eléctricos y el nuevo Honda E con sus 200 km de alcance.

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Por el momento no parece que la pegatina '0' vaya a aparecer en el nuevo Mazda2, ya que los eléctricos de Mazda se van a basar en la plataforma del propio CX-30. Pero sí nos han contado que llegarán más modelos: ¿Quizá un Mazda3 eléctrico o alguna especie de spin off para intentar parar los pies al Volkswagen ID.3?

Dentro de poco seguro que podemos saber más, porque tampoco hay que olvidar que sacar un SUV híbrido enchufable puede ser una buena maniobra de cara a bajar las emisiones medias y a la vez ofrecer un producto relativamente asequible para el comprador final.