La modificación de coches deportivos debería tener ciertos límites. Y no hablamos de estética, sino de su corazón. Si eres un petrolhead de verdad, un amante del mundo del motor, jamás se te ocurriría convertir un Porsche 911 en un coche eléctrico. Sin embargo, eso es lo que ha hecho Sacrilege Motors en Estados Unidos.

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El nombre le viene a la compañía al pelo, sin duda. Han sacado el motor bóxer de 6 cilindros refrigerado por aire de un Porsche 911 964 America Roadster (solo se fabricaron 250 unidades entre 1992 y 1993) y le han colocado la unidad de potencia de un Tesla Model S con 500 CV y una batería de 62 kWh.

Un Porsche 911 964 eléctrico

Su nombre es Blackbird y se trata de un restomod que busca reducir su huella medioambiental. Porque un Porsche que es todo un coche clásico tiene la capacidad de salvar el planeta, por supuesto. La "mejora" mecánica se deja notar, al menos, en la velocidad. Un 0 a 100 km/h en menos de 4,0 segundos frente a los 5,6 segundos del modelo original.

Aunque ya sabéis lo que se dice: un microondas cocina mucho más rápido, pero todo el mundo quiere carne a fuego lento de barbacoa. Por otro lado, Sacrilege ha instalado suspensiones Penske y ha modificado el chasis para contener la batería. Y por supuesto, se ha actualizado la frenada con nuevos Brembo y se ha colocado un moderno diferencial autoblocante.

"Queremos ofrecer un 911 analógico de la era refrigerada por aire con la confiabilidad y la potencia instantánea de un vehículo eléctrico, al mismo tiempo que conservamos una experiencia de conducción emocionante", comentó Bobby Singh, presidente y jefe técnico de la marca.

"Algunos podrían llamar herejía a este trabajo de conversión, pero otros dan la bienvenida al hecho de conservar la dinámica de conducción excepcionalmente placentera del 911 clásico mientras se reduce la necesidad de mantenimiento y el impacto ambiental", agregó el CEO de Sacrilege Motors, Phil Wagenheim.

Curioso es, sin duda. Aunque eso de prescindir del sonido y la caja de cambios manual de un Porsche 911 clásico... Quizá no es la idea más atractiva de la historia para aquellos que están en sus cabales, siendo sinceros.