3 razones por las que el coche autónomo en Europa no puede atropellarte
¿Te acongoja la evolución del universo del automóvil con el coche eléctrico y la conducción autónoma como pilares fundamentales del futuro sobre ruedas? Aquí tienes las razones por las que el coche autónomo en Europa no puede atropellarte. Para que puedas conciliar mejor el sueño... por el momento.
Toyota retira a sus vehículos autónomos de pruebas de Estados Unidos
Vale, entiendo perfectamente que la noticia del primer atropello mortal perpetrado por un coche autónomo que tuvo lugar hace muy pocos días en Arizona te pusiera los pelos de punta... y no es para menos: el mero hecho de que una tecnología creada para facilitar la vida de los usuarios y reducir las posibilidades de que éstos sufran un accidente tenga fallos tan importantes podría hacer temblar a cualquiera. Pero no todo es tan sencillo como parece: en el vídeo del suceso puede apreciarse que la víctima apareció ante el coche de la nada más absoluta y, por muy buena vista que tengas, tú tampoco habrías podido evitarlo. La pregunta es obvia: ¿podría ocurrir algo así por aquí? La respuesta es no. Y aquí te dejo con las razones.
El coche autónomo en Europa: una legislación muy celosa
Aunque la tecnología de la conducción autónoma -aquí sus distintos niveles- se encuentra ya en un estado tan avanzado que en algunos lugares del mundo habrá vehículos autónomos repartiendo pizzas, lo cierto es que para su implantación a nivel general aún quedan bastantes cabos que atar... y por eso los países miembros de la Unión Europea son realmente cautos a la hora de darle a las marcas de coches la libertad necesaria como para introducirlos en nuestra red vial. ¿Querrías tú exponer tu carrera por accidente que podrías haber evitado diciéndole "no" a un fabricante en pruebas? No olvidemos que hablamos de políticos. Políticos, maldita sea.
El coche autónomo en Europa: unas pruebas estrictamente controladas
La primera de las razones por las que una lavadora un coche autónomo nunca podría atropellarte en el Viejo Continente nos lleva a la segunda: como es lógico, el campo de pruebas ideal para desarrollar la tecnología que permite a los vehículos de este tipo ir por ahí sin sembrar el caos -al menos hasta que se cumpla la profecía de Terminator- es la vida real... y por eso en determinados lugares del mundo -como en Estados Unidos- los laboratorios son la propia vía pública. En Europa las cosas son algo distintas: que un constructor consiga permiso para hacer un test en carreteras abiertas al tráfico es todo un triunfo y, en todos los casos, éstos suelen estar tremendamente vigilados por los responsables del proyecto y las autoridades de cada país que, además, acostumbran a interrumpir o directamente cortar el tráfico en las zonas de paso.
El coche autónomo en Europa: las marcas avanzan con pies de plomo
Por mucho que todos alabemos la valentía de Tesla a la hora de implementar en sus vehículos cualquier nuevo avance logrado en su centro de desarrollo, lo cierto es que a nadie le gusta saber que el vehículo que tiene al lado en la autopista está conduciendo por su cuenta... empleando para ello un sistema que aún no está terminado y que emplea a sus usuarios como ‘cobayas’ para seguir mejorando. Ese tipo de cosas están muy bien cuando se trata de pulir los detalles de un videojuego. Pero no tanto cuando precisamente la realidad puede convertirse en el maldito GTA en caso de un error del sistema.
¿Van los fabricantes europeos a otro ritmo? Lo dudo mucho. Pero no mostrarán todo lo que tienen en la mano hasta poder ponerlo sobre el asfalto con todas las garantías, permisos y beneplácito de la administración correspondiente. Sí, tardarán más. Pero se verán envueltos en manos escándalos, probablemente. ¿Y esa cara? Ah, sí: creías que quizá este tipo de accidentes frenarían en seco el avance de la conducción automatizada. Lo llevas claro. Aunque siempre nos quedará el ‘modo Mark Weber’ que está desarrollando Porsche... ¡ay!