Se cumplen 50 años de la construcción de Fiorano, el circuito de pruebas de Ferrari

Circuito de Fiorano

El Circuito de Fiorano ya tiene medio siglo de historia. Una pista que ha visto nacer a algunos de los mejores deportivos del mundo.

Efectivamente, el Circuito de Fiorano celebra sus 50 años de vida. Una pista significativamente importante para Ferrari a nivel de la producción de sus coches deportivos y por supuesto, de los monoplazas de Fórmula 1.

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Fue construido en 1972 por orden de Enzo Ferrari y está formado por un total de 14 curvas y una larga recta en la que se rozan los 290 km/h dependiendo del coche. Además, está equipado con lectores de telemetría y su vista desde el exterior es limitada, aunque no inaccesible.

La Pista di Fiorano

Ferrari FXX-K

La Pista di Fiorano es el nombre oficial y está situada a las afueras de Maranello. Mide 3,02 kilómetros de longitud y se asentó sobre una parcela que compró Il Commendatore durante los años 60' para construir en un futuro un circuito de pruebas, que consideraba esencial.

Tiene forma de ocho, salvando las diferentes curvas a lo largo de la trazada, y fue el sueño cumplido de Enzo y una de las bases fundamentales de los éxitos de Ferrari tanto en la carretera como en la competición

Como curiosidad, el récord de vuelta de Fiorano está en manos de Michael Schumacher y su Ferrari F2004 con un tiempo de 0:55.999 segundos. Además, las calles que llevan al circuito y donde se encuentran diversos edificios de la marca llevan nombres de pilotos como Ascari o Villeneuve.

Sin embargo, el coche homologado para calle más rápido en la pista es el Ferrari SF90 Stradale con un 1:19.000, seguido de la versión Spider y del Ferrari LaFerrari, que consiguió firmar un 1:19.700 completando la alineación de los únicos tres superdeportivos por debajo del 1:20 minutos.

Aunque la normativa de la FIA de test de F1 ya no permite a los monoplazas rodar en circuitos privados, sigue teniendo una enorme actividad a nivel de coches de producción, prensa y trackdays con coches clásicos de la marca.

De hecho, la modernidad invadió el trazado desde la década de los 2000, con multitud de sistemas de información, telemetría avanzada e incluso la capacidad de mojar la pista con agua almacenada de la lluvia que permite probar coches sobre agua en cualquier parte del año.

En definitiva, 50 años de una de las piedras angulares del Cavallino Rampante y de todos sus grandes coches, que para emocionar a los clientes, primero machacaron el asfalto italiano durante centenares de kilómetros para pulir hasta sus más mínimos detalles.