Así era el Volkswagen Touareg W12, el SUV más loco que jamás ha creado la marca

Volkswagen Touareg W12

Gustavo López Sirvent

Este todoterreno, que se vendió entre 2005 y 2006, tenía un motor que movía 450 CV con un par motor de 600 Nm. Contó con dos variantes (Executive y Sport) y su precio, hace más de 15 años, era de 108.000 euros en su versión base.

Entre el año 2005 y 2006, Volkswagen vivía una época dorada en la que todo lo que hacía le salía bien. Y puestos a probar, echó mano del motor W12 y 6.0 litros que instaló por vez primera en el Audi A8 cuatro años antes. ¿Qué tal si probamos ese bloque mecánico en un Touareg? Dijo, Ferdinand Piëch (jefe supremo de Volkwskagen por aquel entonces). Dicho y hecho.

Esa mecánica, aparte del SUV más grande de la marca de Wolfsburgo, también se instaló en el Phaeton. Además, tiene el honor de ser el segundo todoterreno de la historia que incorporaba ese motor (el primero fue el Lamborghini LM002), lo que sin duda le hace merecedor de aparecer en el tema de los 9 motores locos en coches sensatos.

Más cosas. La idea primigenia era que el 4x4 más loco de la firma alemana tuviera una edición limitada a 500 unidades, de las que 330 viajaran a Oriente Medio (Arabia Saudí) y las 200 restantes se quedaran en Europa. Pero no. Se expandió por diferentes regiones del mundo, incluida China, y no se limitó su fabricación. Donde no llegó fue a Estados Unidos.

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¿Qué ofrecía esta arquitectura en un coche tan grande? Este propulsor W12 movía 450 CV y tenía 600 Nm de par motor. Distribuía su potencia a las cuatro ruedas a través de una transmisión automática de seis velocidades y aceleraba de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos, según datos oficiales. Su velocidad máxima estaba autolimitada a 250 km/h y homologaba un consumo medio de 15,9 l/100 km.

Volkswagen decidió hacer dos variantes: la primera era una versión Executive, que sólo difería de los Touareg de aquella época por la bestia que llevaba bajo el capó. Y también se comercializó la versión Sport, que montaba un paquete de carrocería más deportivo y unas llantas más grandes para darle al coche un toque diferencial.

Asimismo, como buen todoterreno que se precie, incorporaba suspensión neumática regulable en altura, contaba de serie con reductora, y opcionalmente podía equipar tanto un bloqueo del diferencial trasero, como del delantero. También montaba neumáticos offroad.

Eso sí, su precio era bastante elevado para la época: su precio base era de 108.000 euros. Y ten en cuenta que hace ya más de tres lustros.