¿Tiene sentido que Mazda anuncie un motor diésel ahora?

Cadena de montaje del nuevo Mazda CX-60

Sentido tiene, pero todo dependerá de la normativa final

El último movimiento de Mazda ha sido de lo más curioso. La marca que antiguamente representó el poder de los motores rotativos Wankel, ahora lanza al mercado un bloque e-SKYACTIV D de 6 cilindros en línea turbocargado y 3,3 litros, que viene a ser la evolución directa del motor de 4 cilindros y 2,2 litros anterior.

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El nuevo Mazda CX-60 llegará con estas unidades de potencia nuevas bajo el capó, pero el punto de la cuestión es la duda que existe entre clientes y otros fabricantes de cómo podrá superar la normativa anticontaminación Euro 7 que está por venir.

La normativa Euro 7 no se centrará en emisiones de CO2

Motor Mazda SKYACTIV D de 4 cilindros en línea turbo.
Motor Mazda SKYACTIV D de 4 cilindros en línea turbo.

Mazda

Este es el matiz y la carta que va a jugar Mazda en esta aventura. Aunque los coches diésel han reducido en más de la mitad su demanda en 2021, es cierto que aún existe una buena cuota de mercado presente para este tipo de coches.

El nuevo SUV de la marca con sede en Hiroshima pretende cubrir ese nicho con su motorización para el CX-60 e-SKYACTIV D cuando salga a la venta este mismo 2022, y la clave para afrontar la normativa Euro 7 es que aún no se sabe con precisión qué pretende abarcar.

¿Arriesgado? Desde luego. Sin embargo, se sabe que se centrará en las emisiones de otros gases nocivos, como el monóxido de carbono u óxidos de nitrógeno. Residuos que afectan en mayor o menor medida a todas las motorizaciones, incluidas las gasolina.

Mazda se centró en reducir la emisión de estos gases y aumentar la eficiencia de los motores. Además, el tamaño del bloque de 6 cilindros en línea permite que, en el futuro y si fuese necesario, se pueda reducir la potencia y limitar multitud de parámetros para cumplir con los objetivos marcados por la legislación.

Al fin y al cabo, un motor más grande disminuye las temperaturas, al repartirlas con mayor eficiencia, y eso produce menos residuos nocivos, como el NOx. A ello hay que sumar que Mazda ya afirmó que la tecnología mild-hybrid de 48 V ayudará a cumplir con esta meta.

Por el momento, la jugada parece buena, pero todo dependerá de la decisión final de los organismos reguladores y la normativa Euro 7 definitiva. Esperemos que no haya sorpresas...