Parece que algunas marcas se han tomado enserio lo de 'no poner toda la carne en el asador del coche eléctrico', como es el caso de Renault. La compañía francesa ha firmado un acuerdo con el grupo chino Zhejiang Geely (accionistas de Mercedes-Benz y propietarios de marcas como Volvo, Polestar o Lotus) para fabricar motores de combustión interna e híbridos.

Esta joint venture tomará el nombre de Horse y se centrará en fabricar más de 5 millones de unidades de potencia de gasolina y electrificadas en los próximos años, mientras que la tecnología de vehículos eléctricos y software se llamará Ampere.

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La nueva empresa aunaría la tecnología de multitud de marcas bajo un mismo paraguas. Desde Lynk & Co. o Proton hasta Nissan y Mitsubishi, amén de las demás citadas. Todo un gigante financiero y de innovación que puede ser clave para el ascenso de Renault bajo el mando de Luca De Meo.

Este movimiento podría interpretarse como un salvoconducto a futuros cambios en las normativas anticontaminación ante la dificultad de la reinvención total de las marcas, que buscan alianzas fructíferas que puedan asegurar también las cadenas de suministros comunes.

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Una tendencia que el Grupo Volkswagen ha abanderado durante años, con muchas de sus compañías compartiendo mecánica, componentes, motores, etc. Algo positivo a nivel financiero y para los clientes, que tienen más fácil la labor de mantenimientos y búsqueda de repuestos si son necesarios.

Por su parte, la división Ampere tendrá su sede central y la mayoría de trabajadores en Francia con De Meo buscando una futura salida a bolsa. Algo que conllevará una evidente reorganización de la alianza, ya que la histórica marca japonesa ve desigualdades en las inversiones de accionariado mutuas ( Nissan con un 15% de Renault y los franceses con un 43% sobre los coches japoneses).