Viejas glorias: Austro-Daimler Sascha

Austro-Daimler Sascha
¿No te suena? Su diseñador seguro que sí...

En el capítulo de viejas glorias de hoy te traigo un coche peculiar, el Austro-Daimler Sascha. No, no te sonará de verlo en la carretera, desde luego... e incluso puede que nunca hayas oído hablar de él pero su historia es peculiar: fue un coche realmente exitoso (obtuvo 43 victorias) relacionado con el archiconocido mundo de... ¡tachán! Ferdinand Porsche.

Y es que Porsche fue su diseñador en 1922. Por aquel entonces, Ferdinand Porsche trabajaba para los austriacos Austro-Daimler. Porsche, que soñaba con fabricar los coches de sus sueños (y que más tarde lograría de manera exitosa), dio vida entonces al Austro-Daimler Sascha, un deportivo que pesaba apenas 598 kg y cuyo nombre fue elegido en honor a su amigo Sascha. 

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Alexander ‘Sascha’ Count Kolowrat era el propietario de la fábrica y quien animó y dio apoyo financiero al proyecto, motivo por el cual el coche ligero de Porsche recibió ese nombre. Pero este vehículo era mucho más: el Sascha fue considerado un coche de alto rendimiento que montaba un motor de 1.100 cc y cuatro cilindros, con 45 CV

Puede parecerte una nimiedad, pero por aquel entonces eran unas cifras prometedoras… y le permitía alcanzar una velocidad máxima de 144 km/h. Además, tenía cuatro asientos y para competir, se podían retirar las defensas y los faros… ¡el espíritu racing estaba muy presente en él!

De hecho, el mismo año en el que se fabricó, tres unidades del Austro-Daimler Sascha participaron en la Targa Florio en Sicilia -¡ahí comenzó la tradición de la marca en esta prueba!-, que contaba con un recorrido de 432 km (imagínate las condiciones de la vía en aquella época) y que en algunos momentos alcanzaba un desnivel del 12,5%.

El Sascha de Ferdinand Porsche logró hacerse con la primera y segundo posición de su categoría (1.100 cc) de la Targa Florio de aquel año -con una velocidad media de 54 km/h- y estableció uno de los principios de Porsche: la excelente relación peso-potencia, que sigue presente en los modelos de la compañía. 

Hoy en día, está expuesto en el Museo Porsche de Stuttgart -sí, un Daimler en la casa de Porsche- y si tienes ocasión de visitarlo (puedes alojarte en este hotel para 'petrolheads'), por su peculiar decoración te sorprenderá… ¿te parecen pocos motivos para considerarlo una vieja gloria? Seguro que no. 

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