Durante la década de 1990, Bugatti vivió unos años curiosos. La marca coqueteaba con un retorno triunfal antes de ser adquirida por el Grupo Volkswagen e ideó multitud de prototipos, coches deportivos y de lujo que nunca llegaron realmente a producción.

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Ejemplo de ese retorno fue el Bugatti EB112 diseñado por Giorgetto Giugiaro, toda una leyenda de la automoción. "El Bugatti EB112 presumía una serie de características de estilo nostálgico que hacían referencia a los famosos modelos de la legendaria marca francesa de finales de los años treinta, pero presentado en un automóvil con una mecánica innovadora", aseguró el italiano.

Bugatti EB112

Tan innovador fue en su momento el EB112 que muchas berlinas deportivas de hoy en día ostentan formas similares, como una parte trasera que recuerda a la del Porsche Taycan, sin ir más lejos. Un concepto traído de los coches clásicos de la década de 1930 con aires modernistas.

La parrilla delantera en forma de arco supuso otro voto de amor al ADN de la compañía, que volvió 10 años después con el Bugatti Veyron. El parabrisas posterior dividido en dos, símbolo de los Bugatti Type 57SC Atlantic y una carrocería construida completamente en aluminio.

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Y bajo su capó, un motor V12 atmosférico de 6,0 litros y 60 válvulas (5 por cilindro) que se unió a una caja de cambios de 6 velocidades y tracción integral. Produjo 460 CV y 590 Nm de par máximo y fue capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos y de alcanzar 300 km/h de velocidad máxima.

Toda una referencia que apenas contó con el prototipo y otras dos unidades adicionales. Una que actualmente es propiedad de Gildo Pallanca, director de la compañía Venturi; y otra en manos de un coleccionista anónimo. Así que de momento, su precio es totalmente desconocido y solo puede admirarse públicamente el prototipo propiedad de Italdesign.