¿Sabías que se hicieron seis Mercedes-AMG CLK GTR Roadster?

Mercedes-AMG CLK GTR Roadster
El primero era negro; el resto plateados

Eran otros tiempos. Unos en los que los superdeportivos no aparecían como churros. En ese contexto apareció el Mercedes-AMG CLK GTR Roadster, del que solo se hicieron seis unidades.

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La historia del Mercedes-AMG CLK GTR surgió, como muchos otros rivales de su época como el Porsche 911 GT1, por la necesidad de homologarlos para competición. Por eso se fabricaron 25 unidades coupé que se convirtieron en una especie de sueño inalcanzable para muchos: el Libro Guinness lo catalogó cómo el coche de calle más caro del momento, ya quien lo quería tenía que pagar 1.547.620 dólares de 1997. 

El CLK GTR Roadster se empezó a construir justo después de que se acabara la producción de la versión cerrada. Parece ser que que en Mercedes vieron posibilidad de negocio, así que se pusieron manos a la obra. Y lo hicieron junto a H.W.A. Esta empresa fue fundada por Hans Werner Aufrecht (las iniciales de su nombre). Quizá así no te diga demasiado este nombre, pero Aufrecht es la 'A' de AMG, quien fundó la empresa con Erhard Melcher, que no es ni más ni menos que la 'M' de los de Affalterbach. Por si te lo preguntas, la 'G' viene de Grossaspach, lugar de nacimiento del primero.

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Para el desarrollo de este modelo no se fueron por las ramas. "¿Queremos un CLK GTR descapotable? Pues bien cogemos un coupé y cortamos el techo". Más o menos este podría ser un resumen muy, muy simplificado de lo que ocurrió a continuación.

Simplificado, sí, porque hubo que desarrollar un nuevo capó que albergaba una calandra nueva con una gran estrella en su interior (la versión cerrada la tiene encima del capó) y además se colocó un alerón posterior parecido al que utilizaban las versiones de competición. En total, en España su precio fue de 250 millones de pesetas (1,5 millones) de la época.

Además, el Mercedes-AMG CLK GTR Roadster recibió algunos puntos de refuerzo en el chasis, por lo que su peso aumentó en 105 kilos. Los únicos visibles son dos protectores que se añadieron a la altura de las cabezas de sus ocupantes que no solo servían de protección antivuelco, sino también para mejorar la rigidez. Además se recolocaron los retrovisores, que pasaron de estar en las aletas delanteras a descansar sobre las puertas.

En cuanto al motor, no fue necesario retocarlo y se mantuvo el V12 de 6,9 litros que ofrecía 612 CV y 775 Nm. Con este bloque se alcanzaban unas prestaciones estratosféricas: 320 km/h de punta y un 0 a 100 de 3,8 segundos.

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H.W.A y AMG solo hicieron seis roadster, de los que uno de ellos era con volante a la derecha. Además, como se trata de un modelo de carreras adaptado a la calle, no había demasiados elementos de confort. De hecho, salvo ABS y aire acondicionado, no había otra cosa...

Para terminar, un truco para distinguir a los Mercedes-AMG CLK GTR: el chasis número 1 del Mercedes AMG CLK Roadster estaba pintado en negro con interior negro y se quedó en la marca hasta que salió a subasta hace unos años. El chasis número dos era plata con interior magenta, mientras que el resto también fueron de este color, pero con diversos tonos interiores.