Honda Civic Type-R

Invariablemente, el Honda Civic Type-R mantiene la receta que le ha dado un hueco protagonista en el mundo de los compactos deportivos: motor de cuatro cilindros (últimamente con turbo) con ganas de revoluciones, un chasis espectacular y un cambio manual sencillamente descomunal.

La última generación (lee aquí la prueba del Honda Civic Type-R FL5 de 2023) sigue teniendo esa preciosa palanca de cambios metálica en forma de lágrima (un guiño a la primera generación EK9) que se siente muy bien en la palma de la mano, por no hablar de su manejo rápido, preciso, y casi sin tacha.

Mazda MX-5

Mazda, al igual que Ford, dedica mucho esfuerzo y presupuesto a sus cajas de cambios manuales. Como resultado, incluso un SUV como el CX-30 (prueba del Skyactiv-X) o el tranquilo Mazda 3 ofrecen cambios que sacan los colores a la inmensa mayoría de rivales europeos. 

Pero de todos, el MX-5 se lleva la palma, como viene siendo habitual desde hace décadas. Es cierto que hay que trabajarla para sacar lo mejor de sus modestos motores atmosféricos, pero con un cambio tan nítido no es una tarea difícil.

Toyota Supra

El Toyota Supra actual (es el MK5) existe porque pudieron compartir los costes de desarrollo con BMW. Por ahí bien. Pero los alemanes nunca tuvieron la intención de equipar el Z4 con una caja manual. 

Así que, cuando en Toyota decidieron que era necesario un Supra de tres pedales, tuvieron que rediseñar toda la consola central. Y menos mal que decidieron seguir adelante, porque la caja ZF de seis velocidades tiene un manejo perfectamente equilibrado. 

Porsche 718 Cayman GTS 4.0

El Cayman GT4 ya no se puede comprar porque en Porsche están centrados en el GT4 RS con PDK: lo mismo que ocurre con el Porsche 718 Spyder RS (lee la prueba aquí), que es el único que puedes llevarte nuevo

Sin embargo, todavía puedes conseguir un GTS 4.0, con ese seis cilindros atmosférico y una caja de cambios manual de seis velocidades de serie. El recorrido es quizá más largo de lo que podrías esperar, pero su manejo sigue siendo maravilloso, tanto por tacto de la palanca como por tacto del pedal.

Hyundai i30 N

Si hace unos años hubieras pronosticado que Hyundai se haría con el mando de la tribu de los compactos deportivos “generalistas”, probablemente te habrían echado a carcajadas de la sala. 

Más aún si además hubieras dicho que iba a ser más completo que un Focus ST o un Cupra León desde el punto de vista deportivo, no queremos ni pensar lo que te habría pasado. Pero el i30 N es mágico principalmente por su excelente cambio manual de seis velocidades con tecnología de ajuste automático de revoluciones.

Kia Picanto

Sí, vamos en serio. Creo que lo justo es que entre aquí el Kia Picanto. La variante de 100 CV tiene un cambio de marchas que no está nada mal y que te ayudará a exprimir (si quieres) los 100 CV de su 1.0 turbo.

Te aseguro que estarás utilizando su selector todo el día, porque su embrague también tiene un peso y una precisión que te harán, como poco, levantar una ceja.

Ford Mustang GT

Y de todos, el que siempre me ha sorprendido más es el del deportivo americano por eso de los tópicos acerca de los americanos. El Mustang también tiene la automática de 10 marchas que también va bien con el V8 de 5.0 litros que descansa bajo su largo capó.

Pero si quieres conducir de verdad, escoge la versión manual. El pedal puede ser un poco tosco al principio y te puede dar sensaciones que ni sabías que existían. Pero en cuanto te ajustas a su ritmo y decides sacarle todo el jugo a ese motorazo, te llevas una sonrisa de oreja a oreja todo el rato. Echa un vistazo a la prueba del Mustang GT para saber más.