El espectacular Ferrari P4/5 Competizione de Glickenhaus

Volvemos atrás en el tiempo, a 2011, para conocer los detalles de este increíble coche de carreras mientras se preparaba para competir en Nürburgring.

Llueve muchísimo, y el frío hiela las manos y los pies. El ambiente está calmado en la calle de boxes del Autódromo di Franciacorta, no muy lejos de Milán. En el box, una masa negra de fibra de carbono y un montón de italianos trabajando en ella. Sonido de teclas en portátiles, llaves del número 10... Eso en lo que trabajan, es un Ferrari.

El coche es algo muy diferente a todo lo que se haya podido ver. Si no fuese por el gran alerón con endplates de la parte de atrás, pasaría por uno de esos antiguos bólidos que corrían en las 24 Horas de Le Mans en los años 60'.

No es un coche cualquiera. En su momento, fue el Ferrari más rápido del Infierno Verde, con una marca de 6 minutos y 51 segundos batida durante la clasificación de las 24 horas de Nürburgring 2012. Por debajo de aquel todopoderoso Ferrari 599XX.

El piloto, se acomoda en su interior. Mientras, el sonido del motor V8 de 4,0 litros inunda la zona. El mismo motor del Ferrari 430 GT2 que corrió en el ALMS (American Le Mans Series), el FIA GT o en la propia Le Mans. Todo en el coche rezuma al Cavallino Rampante, pero con un plus de nervio y peligro.

El seleccionar la primera marcha, este Ferrari P4/5 Competizione asienta claramente la transmisión. Pero no es un bólido cualquiera, sino una preparación millonaria que recoge la herencia de Ferrari en el mundo de la resistencia.

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Detrás de su diseño, una mente: la leyenda estadounidense Jim Glickenhaus, propietario de la compañía del mismo nombre y del equipo que compite actualmente con un hypercar en el WEC (Campeonato Mundial de Resistencia) y en Le Mans.

Un tipo que describen como, en cierto modo, reservado. Pero lleno de detalles. En sus manos, mientras mide los tiempos, el reloj que usó Steve McQueen en su aventura en el cine. El reloj de su muñeca, sin embargo, es el que le regaló Fidel Castro al mismísimo Juan Manuel Fangio, después de que el argentino leyenda de la Fórmula 1 fuese secuestrado en 1958.

Proviene de una pudiente familia de inversores de Wall Street, inversores de arte... Lo típico. Pero a Jim Glickenhaus, que empezó trabajando de productor de cine, le gustan los coches. Demasiado. 

De hecho, su reinterpretación del Ferrari Enzo de 2006 es bien conocida, y en su colección posee un 166 Spyder Corsa (el tercer Ferrari jamás fabricado y el más antiguo que existe), un Lola T70 que llevaron a la victoria en la Can-Am los pilotos Mark Donohue y Roger Penske, un Ford GT40 MK.IV del 67' con el que compitieron Donohue y Bruce McLaren en Le Mans... Una lista extensa, vaya.

Alerón trasero del Ferrari P4/5 Competizione de Glickenhaus.
Alerón trasero del Ferrari P4/5 Competizione de Glickenhaus.

Pero para Jim, esos antiguos prototipos Ferrari 330 P3 y P3/4 son los más importantes. De hecho, posee uno original, muy disputado incluso por la propia Ferrari. En Maranello han llegado a dudar de su autenticidad. Fue el mismo que el gran Chris Amon destruyó intentando alcanzar los boxes de Le Mans, y quedó reducido a chatarra.

Pero en Ferrari no son de abandonar coches por ahí, y menos aún su antiguo jefe, Enzo Ferrari. Il Commendatore debió o no verlo o perder la cuenta de los coches. Pero acabó en manos de Glickenhaus.

"Ferrari dijo que no se debería haber intentado resucitar un coche usando chatarra, pero es algo glorioso. Estamos muy felices de que piezas así, aún existan. [ ] Vaccarella miró mi coche y reconoció inmediatamente el golpe que tenía cuando lo estrelló en la Targa Florio", dijo Glickenhaus. Os aseguro que es original.

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La serie P de Ferrari es sublime. Tiene espíritu, presencia, carisma. Y Glickenhaus quiso hacerle un tributo, y tuvo los mismísimos ******* de contactar a Pininfarina para el trabajo, allá por 2003, cuando la marca italiana que nos ha dado algunos de los mejores diseños de la historia, volvió a las andadas. Algo, por cierto, que en Ferrari no terminaron de ver bien del todo.

El Ferrari P4/5 surgió de un Ferrari Enzo que enviaron desde EE.UU a Italia y fue desmantelado para darle una nueva apariencia, con un nuevo motor y, en general, un alma nueva.

Instrumentación del Ferrari P4/5 Competizione de Glickenhaus
Instrumentación del Ferrari P4/5 Competizione de Glickenhaus

"Pensamos: no hace falta inventar la rueda de nuevo", dijo Jim sobre las discusiones con el entorno de Pininfarina sobre cómo construir el coche y dónde correr con él. "Cojamos un Ferrari GT2 y hagamos lo nuestro. Sabemos que funciona, sabemos que la carrocería de nuestro coche tiene potencial. La gente se cree que es un Enzo reconstruido, pero tiene más de 400 sistemas de ingeniería únicos".

"Es más ligero, tiene más carga aerodinámica...". Y se calló. Únicamente le brillaban los ojos, con ese fulgor que caracteriza al orgullo de extremo de haber logrado algo increíble.

El coche, en esencia, usa un chasis 430 Scuderia legal para la carretera, con una transmisión de GT2 que permite a Jim conducirlo por el estado de Nueva York, en EE.UU, sin problemas. Sin embargo, la carrocería original del Ferrari P4/5 diseñada por Pininfarina está ensanchada por delante, y es algo más estrecha por detrás.

Test del Ferrari P4/5 Competizione de Glickenhaus.
Test del Ferrari P4/5 Competizione de Glickenhaus.

En su totalidad, está repleto de nuevos detalles aerodinámicos, posee una electrónica a medida y una ECU con mapas motor rediseñados, diferentes a los del Ferrari 430 GT2. Frenos cerámicos con discos delanteros de 380 mm y traseros de 330 mm, y su peso es de unos 1.230 kg.

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Los pilotos a las órdenes de Glickenhaus, Salo y Larini, recorren la pista de Franciacorta. Jim solo quiere devolverle al deporte algo que considera que ha perdido con un coche inspirado en el pasado y de cerca de 563 CV. Aunque en motorsport, muchas veces, la diversión está en los problemas.

La puesta a punto nunca se detiene. Siempre hay algo que mejorar, pero Jim y su equipo se divierten creando algo con lo que hacer historia. Glickenhaus sonríe al ver (y escuchar) el coche en recta. "Todo lo que importa es pasarlo bien. Porque esto... [la vida, el coche, a saber] Pasa en un abrir y cerrar de ojos".