Un nombre, un motor #5: Ferdinand Piëch y el motor W16 de Bugatti

Ferdinand Piëch

Se trata de uno de los ingenieros más importantes de toda la historia, que compatibilizó sus tareas de CEO en el Grupo Volkswagen con el diseño mecánico.

Ferdinand Piëch tiene un nombre que suena a muchos. Otros tantos, apenas conocen a este nieto del mismísimo Ferdinand Porsche. Él fue el CEO del Grupo Volkswagen entre 1993 y 2002, una época sumamente importante para la compañía y las nuevas marcas recientemente adquiridas.

Un nombre, un motor #4: Karl Benz y el motor bóxer

Pese a su perfil de hombre serio, siempre en traje y prototipo de ejecutivo, fue mucho más que eso. El Grupo VAG sobrevivió gracias a su visión en unos años muy delicados en los que se movieron fichas muy importantes. Dos de ellas fueron, concretamente, Bugatti y Bentley. Y sus motores W fueron su legado.

Ferdinand Piëch y el motor en W

Boceto en un sobre del motor W12 de Ferdinand Piëch.
Boceto en un sobre del motor W12 de Ferdinand Piëch.

La clave de todo reside en un coche clásico muy conocido (y cotizado) en la actualidad: el Volkswagen Golf VR6. Un compacto deportivo que debutó con esa curiosa unidad de potencia de V cerrada en 15º y una sola culata.

Atmosférico, compacto, de bajo peso y con un gran rendimiento. Inicialmente fue montado en el Volkswagen Passat y en el Corrado, pero muy pronto aterrizó en el VW Golf, el Jetta VR6 o incluso el Touareg, amén de otros deportivos como el Audi TT original.

La puerta que se había abierto con este innovador bloque hizo pensar a Piëch si se podría ir un paso más allá. En 1998 se iba a formalizar la compra de Bentley y Bugatti, dos marcas destacadas de superdeportivos y coches de lujo que debían representar la élite.

Prueba del Bentley Continental GT Speed: un motor W12 para ser feliz

Cuenta la historia que Piëch dibujó en un sobre de papel un boceto de un motor VR6 doble que conformaba una W con 12 cilindros. Una unidad de potencia que ha acabado siendo la seña de identidad del sensacional Bentley Continental GT.

Si bien, en aquel éxtasis creativo, incluso desarrolló un motor W18 de más de 6,0 litros. Aunque se instaló inicialmente en el primer prototipo del retorno de la marca, el Bugatti EB118 de Italdesign y Giogetto Giugiaro, nunca llegó a cuajar. Sin embargo, marcó el camino que debía seguir la histórica marca en los años venideros, aunque sin las 72 válvulas...

El W18 de 6,2 litros pesó unos 316 kg y fue capaz de generar 555 CV y 649 Nm de par máximo. Un total despropósito en relación al coste de producción de la unidad, por lo que finalmente se optó por desarrollar el conocido motor W16 de Bugatti como resultado de dos 'VR8' unidos.

El nacimiento del motor W16 que llevó al Bugatti Veyron a ser el coche más rápido de la historia

Prototipos Bugatti anteriores al Veyron (abajo a la derecha).
Prototipos Bugatti anteriores al Veyron (abajo a la derecha).

El resurgir de la compañía debía ser apoteósico. Bugatti ha representado siempre el lujo, la velocidad y la evolución tecnológica. Si un W18 era demasiado, el W16 era la respuesta definitiva. Así que se tomó la idea de Piëch y se llevó a cabo.

Dos bloques 'VR8' están colocados en un ángulo de V a 90º y se insuflaron de aire mediante cuatro turbocompresores. Un reto sensacional para hombres como Piëch y Karl-Heinz Neumann, Jefe de Desarrollo de Motores en aquel momento para Volkswagen.

Bugatti W16 Mistral: un roadster de 1.600 CV para despedir al icónico motor

"En aquel momento, nadie creyó realmente que podía haber un coche de 1.000 CV. Queríamos demostrar que podíamos construir un motor que no solo fuera potente, sino también manejable", dijo Gegor Gries, uno de los primeros empleados de Bugatti y Jefe de Desarrollo Técnico.

Y lo hicieron. El Bugatti Veyron llegó en 2005 con 1.001 CV y 1.250 Nm de par máximo que le permitieron acelerar de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos y alcanzar 407 km/h en la primera versión. Cifras que años después se incrementaron con mejores evoluciones y con su sucesor, el Bugatti Chiron.