El hecho de que sea el único coche en el mundo que se fabricó exclusivamente para un jeque árabe debería servir para ser un coche sin igual. Pero no. Este Mercedes Lotec C1000 que mandó construir el magnate del petróleo ya ha pasado por varias manos (o subastas) y no ha dado con el propietario adecuado. Se ha convertido en la oveja negra de las pujas. 

En 2013, la casa RKM Car Auctions lo puso a la venta por 3.4 millones de dólares (3.093.440 euros), pero no hubo suerte y no tuvo comprador. Dos años más tarde, JR-Auction lo puso a la venta en la subasta de Monterey, esta vez bajó su valor y se pujó entre 750.000 y un millón de dólares. Pero tampoco hubo suerte. 

En 2023 vuelve a aparecer en escena este rara avis de la automoción a través del destacado concesionario Curated, que se pondrá a la venta en Miami, pero no se ha establecido el precio por el que se podrá pujar. 

Y ahora vamos a su historia. En 1995, el jeque árabe pidió a Lotec que le fabricara el coche de calle más rápido del mundo. Y cumplió su trabajo. Lo hizo sobre un chasis de fibra de carbono heredado directamente de sus bólidos de circuito. El mismo chasis se cubre con una artesanal carrocería también ejecutada con fibra de carbono. Todo ello le daba un ridículo peso de 1.080 kilos.

Con el fin de ser el más rápido del planeta, el constructor decidió montar un motor firmado por Mercedes-Benz, que se instaló en el centro del coche. Dicho bloque no era otro que un 5.6 V8 que fue debidamente modificado, porque entre otros pequeños detalles, presumía de contar con dos turbocompresores de la marca Garrett.

El resultado para este one-off fue un bloque capaz de generar la friolera de 1.000 CV de potencia para ofrecer una relación peso/potencia cercana al extraordinario 1:1.

Para diligenciar tamaña caballería, Lotec instaló un cambio manual Hewland de 5 velocidades conectado al eje posterior, consiguiendo hacer realidad una máquina capaz de hacer el 0-100 Km/h en 3,2 segundos, el 0-200 Km/h en 8 segundos y alcanzar los 341 Km/h.

Según se ha publicado en diferentes medios, el desarrollo y la construcción de semejante vehículo le costó a su afortunado propietario 3,4 millones de dólares, que fue por lo que se subastó la primera vez en la casa RKM Car Auctions. Pero era el coche más rápido del mundo. Los registros de Lotec destacaban que podía alcanzar una velocidad máxima superior a los 431 km/h.

Aunque esa velocidad nunca fue verificada, seguro que pocas veces ha llegado a superar los 400 km/h porque se va a poner en subasta por menos de 3.000 kilómetros en su marcador.