BMW 3.0 CSL: la primera creación de M Motorsport y una joya atemporal

El primer deportivo de la marca M

El BMW 3.0 CSL es uno de los grandes coches deportivos de BMW. Uno de esos clásicos a los que los aficionados a la marca de Múnich le tiene un gran cariño, porque inauguró una era de triunfos alemanes bajo la bandera roja, azul oscuro y azul cielo.

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Fue producido entre 1971 y 1975 con un total de 1.096 unidades que la recientemente nacida división BMW M Motorsport preparó a conciencia para crear un bólido sensacional, y el primer M de la historia a título oficial.

Un diseño espectacular

BMW 3.0 CSL del equipo Alpina en Nürburgring

El BMW 3.0 CSL es un coupé deportivo en configuración de 2+2 plazas, cuya carrocería está profundamente influenciada por los modelos de la marca en aquellos años. El BMW E9, BMW Serie 5 E12 o el BMW E3 Sedán.

Sus formas cuadradas de líneas suaves pero definidas se combinaron con dos riñones verticales en la parrilla frontal, grandes rejillas a los lados y cuatro ópticas redondas delanteras, que fueron la tónica general de la mayoría de modelos de la marca hasta 1996, con el último BMW Serie 5 de la caja E34.

Los principales cambios de este deportivo frente al modelo estándar (el BMW 3.0 CS) fue una enorme reducción de peso, con capó, puertas y otras piezas fabricadas en aluminio. Las ventanillas de cristal se sustituyeron por plexiglás y se montaron suspensiones deportivas, neumáticos cercanos al mundo de la competición y un interior mucho más espartano.

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En total, se disminuyó su marca sobre la báscula en 181 kg, lo que dejó a este BMW 3.0 CSL con un peso de 1.165 kg. También se montaron multitud de elementos aerodinámicos muy característicos para mejorar su rendimiento sobre el asfalto.

Entre ellos se encontraban un parachoques frontal con unos bajos de faldón que acababan en un pequeño splitter, nuevos aletines sobre las ruedas, dos añadidos muy característicos cerca del capó a modo de aletas que recorrían casi todo el frontal y un gran alerón trasero que fue opcional.

El motor del BMW 3.0 CSL: la saga de los 6 cilindros en línea

BMW Z4 GTLM de 2015 (izquierda) y BMW 3.0 CSL de 1975 (derecha).
BMW Z4 GTLM de 2015 (izquierda) y BMW 3.0 CSL de 1975 (derecha).

Este primer Coupé Sport Leitchtbau (Coupé deportivo aligerado) contó con un motor de 6 cilindros en línea atmosférico de 3,0 litros SOHC junto a una caja de cambios manual de 4 velocidades que generó 206 CV y 286 Nm de par máximo en su versión de inyección, ya que las primeras unidades de carburación solo alcanzaron 180 CV de potencia.

De la versión más potente y radical para calle se produjeron 167 unidades capaces de alcanzar 220 km/h de velocidad máxima con un peso algo superior, de 1.270 kg. Este bólido apodado como Batmóvil tuvo su pico de cubicaje en 1973, con 3.153 cm³.

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En competición, ese motor se modificó y se llevó hasta más allá de los 480 CV bajo el amparo de equipos como Alpina, que más tarde se convertiría en el preparador de BMW más famoso del mundo. El kit aerodinámico que desarrolló BMW para este 3.0 CSL fue crucial de cara a su estabilidad en pista y los múltiples triunfos que vinieron después.

El bólido se proclamó Campeón de Europa de Turismos (Actual TCR) en seis ocasiones hasta 1979, salvando el año 1974, en el que el Ford Escort RS 1600 conquistó el título.

Triunfos en competición de la mano de grandes nombres, como Niki Lauda

BMW se sorprendió enormemente del éxito del 3.0 CSL en los campeonatos de turismos, pero los triunfos se dieron gracias a muchos buenas factores que consiguieron alinearse. Fue el jefe del nuevo equipo, Jochen Neerpasch, quién orquestó todos estos movimientos.

Gracias a él, se conformaron sensacionales duplas de pilotos y equipos que consiguieron llevar la M a lo más alto del motorsport

Desde Joachim Stuck y Chris Amon (Campeón de las 24 Horas de Le Mans en 1966 con el Ford GT40) en las 6 Horas de Nürburgring hasta el equipo de Alpina con Niki Lauda (Campeón del mundo de Fórmula 1) al volante, que estableció el récord de vuelta de la época en el Infierno Verde.

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También hay que hablar de triunfos en diseño. Una parte fundamental de la competición olvidada en muchos casos. El BMW 3.0 CSL fue el lienzo sobre el que muchos autores esculpieron verdaderas obras de arte, como Alexander Calder en 1975. Obra que poco después condujo Hervé Poulain en los circuitos.

Esto dio pie al llamado BMW Art Car, una colección de coches históricos con diseños realizados por algunos de los artistas más reconocidos del planeta y que reflejan el desarrollo cultural y tecnológico de la humanidad.

¿Su precio? Evidentemente incalculable. En cualquier caso, un BMW 3.0 CSL de la época en buenas condiciones puede superar sin problemas los 100.000 euros de precio.