Estos son los coches clásicos más importantes de la historia de Skoda

Skoda 1000 MB

Skoda ha fabricado grandes vehículos desde hace casi un siglo. Sin embargo, la rareza de sus primeros modelos hace que muchos de sus clásicos sean desconocidos.

Parece que estamos ante la edad de oro de los coches clásicos. Todo el mundo quiere un pedazo de historia de los coches deportivos, de lujo o familiares que han nacido en las últimas décadas. Que se lo digan a casas de subastas como RM Sotheby's, que firma año tras año récords de ventas.

Una de las marcas de las que nos podemos sentir muy orgullosos en Europa es, sin duda alguna, Skoda. Fundada en 1895 como un taller de reparación de bicicletas por Václav Klement y su socio Václav Laurin, evolucionó a la producción de motocicletas y a principios del siglo XX ya exportaban sus productos a Londres.

Prueba del Skoda Octavia RS: una berlina deportiva y equilibrada

En 1905 debutaron con los automóviles con el Voiturette A y con el apoyo del empresario Emil Škoda, también destacaron como fabricantes de armamento para el Imperio Austrohúngaro en la Primera Guerra Mundial y para Checoslovaquia más tarde, ante de la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

El gran momento llegó en julio de 1945, tras la guerra y con la fábrica de Mladá Boleslav reconstruida. Comenzaron a llegar coches de todo tipo, inspirados en modelos previos y coetáneos, con nueva tecnología que impulsó a la marca pese a formar parte de la Checoslovaquia comunista y su control económico.

Skoda Superb: un nombre importante entre la guerra

Skoda Superb clásico

Para empezar a hablar de los Skoda más importantes de la historia, debemos dar un lugar especial al Skoda Superb del periodo de entre guerras. Se produjo entre 1934 y 1949 con un diseño que varió con los años a través de cinco generaciones.

Inicialmente, el Skoda Superb 640 equipó un motor de 6 cilindros en línea de 2,5 litros con 55 CV de potencia. Podía alcanzar 110 km/h de velocidad máxima y fue especialmente lujoso, con un diseño propio del estilo de la época. Una gran calandra frontal, dos faros redondos a ambos lados, guardabarros de gran tamaño y una cabina retrasada.

Škoda Superb 3000 type 952 Kfz. 21

Si tomamos perspectiva, la versión llamada Skoda Superb 4000 que se produjo entre 1939 y 1940 llegó a montar un bloque V8 de 4,0 litros con 96 CV de potencia. Sin embargo, solo se llegaron a  fabricar 12 unidades.

Desde ediciones que parecían auténticas limusinas, como el Superb Tipo 924; hasta coches militares para altos mandos como los Tipo 952, también llamados Kfz. 21. Los generales Heinz Guderian o Erwin Rommel "Zorro del desierto" tuvieron estos vehículos a su mando en la Wehrmacht alemana.

Skoda Sport: el único que corrió en Le Mans

Por mucho que quieras comprar uno, no vas a poder. El Skoda Sport es el único coche deportivo de la marca que consiguió correr en las 24 Horas de Le Mans. Lo hizo en 1950, después de debutar en el Gran Premio de Checoslovaquia el año anterior.

Se construyó sobre la base del Skoda Tudor con carrocería de aluminio y un motor de 4 cilindros en línea de 1,1 litros con 42 CV de potencia. Para Le Mans y atentiendo a su reglamento, se añadieron faros para la parte nocturna de la carrera, mejoras de refrigeración, frenada o una ampliación de la distancia entre ejes para hacerlo más estable.

Gracias a una mezcla de combustible formada por gasolina, etanol y acetona, alcanzó 50 CV y una velocidad máxima de hasta 140 km/h. Los pilotos Václav Bobek y Jaroslav Netušil estuvieron al volante y empezaron la carrera con un segundo puesto en la categoría de menos de 1.100 cc y 5º puesto en la general, aunque a mitad de prueba tuvieron que retirarse por un fallo técnico.

Skoda 1000 MB: el comienzo de la era rally

El Skoda 1000 MB es muy importante para la compañía. Nació en 1964 y fue un coche del pueblo, con un precio coherente y una estética agradable. Sin embargo, lo realmente rompedor fue su tecnología, ya que se postuló como el primer coche de la marca con motor trasero y tracción trasera.

Contó con un motor de aluminio de 988 cc barato y fácil de mantener, y también sirvió a la marca para ser la primera en utilizar en ese metal en un coche de producción. Solo pesó 755 kg y desarrolló 37 CV de potencia con un consumo bastante bajo para la época.

Entre 1964 y 1969, Skoda fabricó más de 440.000 unidades del 1000 MB para su nación y alrededores, en una época marcada por las limitaciones de la división del telón de acero y la confrontación entre el bloque comunista y el capitalista. A partir de él, surgieron los conceptos del Skoda 110R o el Skoda 130 RS y ese importante amor por los rallys.

Skoda Octavia: la berlina para las familias

Ya tendremos tiempo de hablar de los rallys en el futuro. Damos un salto hacia atrás con el Skoda Octavia. ¿El coche más importante de la compañía junto al Superb? Absolutamente. En la actualidad, es una berlina sensacional con muchas motorizaciones, buenos acabados y mucho espacio.

Sin embargo, en aquella época se trató de un sedán familiar de pequeño tamaño que se fabricó entre 1959 y 1971. Tuvo motores de 1.089 cc con hasta 50 CV y luego de 1.221 cc con hasta 55 CV, dependiendo de la versión. Y su peso osciló entre los 1.270 y 1.365 kg.

Como curiosidad, el motor de 1,2 litros fue el mismo que se usó en el todoterreno Skoda Trekka, derivado de Land Rover y fabricado en Nueva Zelanda. Se construyeron más de 360.000 Skoda Octavia, todo un hito para la época. Con carrocería sedán y combi, además de tracción trasera. ¡Una joya del pasado!