El 8 de marzo de 1995 apareció el Ferrari F50: ¿Lo amas o lo odias?

Ferrari F50

El sucesor del Ferrari F40 debutó tal día como hoy hace 29 años. Una edición limitada todavía más rara que su antecesor y que dio un buen golpe en la mesa con su motor.

El 8 de marzo de 1995 nació el Ferrari F50. Un superdeportivo que ha ganado muchos adeptos y detractores desde su nacimiento y con el paso de los años. Un vehículo que puso sobre la mesa unas cartas curiosas y una dualidad mecánica que no era fácil de analizar.

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¿Te gusta o lo odias? Por un lado, siguió sin incorporar ayudas electrónicas novedosas, como con el Ferrari F40. Sin embargo, en vez de equipar un motor turboalimentado como su antecesor, montó un bestial motor V12 atmosférico de 4,7 litros. Un diseño más "refinado" (que no icónico) y una construcción más moderna.

¿Mito sobrevalorado o icono real?

Ferrari F50 Giallo Modena (2)

Andémonos sin rodeos. El Ferrari F50 era más lento que el F40. El coche deportivo moderno alcanzaba los 326 km/h mientras que el F40 llegó a los 327 km/h. Pero es que en circuitos como Tsukuba o Suzuka, el F40 fue hasta dos segundos más rápido que su reemplazo. Casualmente, no fue así en Fiorano...

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¿Hubo evolución? Sí, a nivel estético y de interior, la hubo. Pero sin dejar de lado la esencia y la exclusividad. El F50 fue todo un icono para la época con 520 CV y 470 Nm de par máximo hasta las 8.000 rpm con un peso de 1.349 kg.

Ferrari F50 Giallo Modena (3)

Sin embargo, pasó a la historia como el superdeportivo que no pudo vencer al McLaren F1. El primer coche del fabricante británico. Y tuvo que combatir contra otros rivales como el Lamborghini Diablo o el nuevo Bugatti EB110.

Tal era la poca confianza de Ferrari en su coche que en aquel momento debutó la famosa doctrina de "No mediciones" para periodistas de motor. No se podía comparar al F50 con ninguno de sus rivales, y esto arrojó muchas dudas y sospechas sobre las cifras de Ferrari.

Pese a esto, se fabricaron 350 unidades y una sigue siendo propiedad de Ferrari. Una producción tan limitada que ahora, ha convertido al bólido en objeto de culto. Un objeto con alma propia que puede superar sin problemas los 3 millones de euros de precio.