Alpine A110

El fabricante francés Alpine fue una de las marcas más prestigiosas en el campo de la competición. Desde sus comienzos en 1955, esta compañía desarrolló algunos de los deportivos de mayor trascendencia en Europa y que destacaban por su reducido precio frente a fabricantes mucho más exclusivos. Después de unos años algo convulsos y pasando por varias compañías, esta marca ha vuelto a manos de Renault.

Junto con el fabricante galo, Alpine vivió sus mejores años y, casi medio siglo después de su primera asociación, vuelven a la carga con un modelo tan atractivo como evocador. Recupera el nombre y los rasgos característicos de su predecesor, y pretende convertirse en una nueva alternativa dentro de los deportivos asequibles.

Es el Alpine A110, un automóvil que conserva la esencia de los coupés de los años 60 pero que se actualiza para plantarse ante un mercado con clientes muy exigentes. Así, se pretende ofrecer una alternativa a vehículos como el Porsche Cayman o el Lotus Elise.

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Un deportivo a la vieja usanza

Si hay algo por lo que destaque el nuevo A110 de 2017 es por recuperar los valores más interesantes del modelo original y someterlos a una actualización que los introducen de lleno en el siglo XXI. Este coche llega con un motor central y una carrocería ligera que apenas eleva el peso total del conjunto por encima de los 1000 kilos. Esta ligereza la debe en gran parte al uso del aluminio, que aporta a la vez una rigidez muy interesante al chasis.

La potencia de este coche, que llega hasta los 252 caballos, se debe a un motor de cuatro cilindros y 1,8 litros unido a un sistema de tracción trasera. La transmisión cuenta con un sistema automático de siete velocidades y doble embrague que, al contrario de lo que se podía esperar, ha sido desarrollado en exclusiva para este coche. Con estos datos no sorprende su rendimiento: acelera de 0 a 100 km/h en 3,8 segundos y cuanta con una velocidad máxima autolimitada de 250 km/h.

El diseño es su seña de identidad

Uno de los elementos más a favor de este coche es la facilidad con la que se reconoce su orígen. Los trazos de su diseño se inspiran directamente en los modelos clásicos del fabricante, a la vez que añade elementos más modernos y arquetípicos del elegante diseño francés. El resultado es un automóvil compacto, afilado y sofisticado. Se trata de una de las mejores puestas al día que se pueden ver hoy en el mercado, lo que sin duda llamará la atención de los más nostálgicos.

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El frontal del A110 apuesta por los cuatro faros independientes del modelo original, aunque en este caso incorporan tecnología LED. El capó cuenta con algunas formas reconocibles en su predecesor y, aunque es algo más grande, su aspecto sigue siendo el de un juguete para niños grandes. En el lateral se aprecia cierta sofisticación gracias a líneas fluidas adornadas con algunas formas aerodinámicas bien trazadas y sin forzar el diseño.

Su perfil es el de un coupé de dos puertas de los de antes, en los que un simple vistazo bastaba para reconocer la belleza y el rendimiento. La zaga de este nuevo Alpine A110 es su parte más contemporánea, diseñada para adaptarse a las exigencias del mercado actual. Aún así, todavía se aprecia gran parte de su carácter y de su actitud agresiva.

Un interior que sobrevive al paso del tiempo

El habitáculo del nuevo Alpine A110 es tan acogedor como elocuente. Al contrario de lo que sucede en deportivos plagados de controles y botones por doquier, este Alpine suprime los mandos innecesarios y se centra en lo verdaderamente importante. De hecho, a primera vista parece que el cuadro de instrumentos y el puesto de conducción son muy similares al modelo de 1973, aunque con un nuevo diseño digital.

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El volante es puramente deportivo, mientras que la consola central cuenta con una pantalla táctil más pequeña de lo que estamos acostumbrados. Está acompañada de unos controles que permiten alternar entre tres modos de conducción y de apenas un puñado de botones que controlan la climatización. Los asientos del nuevo A110 son de tipo baquet y refuerzan, si cabe, la deportividad inherente que desprende este coche.

Un nuevo gallo en el corral

En un mercado en el que las versiones más deportivas de modelos exclusivos están a la orden del día, el Alpine A110 es un soplo de aire fresco. No solo por su precio, que en la versión más básica rondará los 60.000 euros, si no por la totalidad del conjunto. Este coche demuestra que no es necesario ponerse al volante de 500 caballos para disfrutal de la carretera. Este David ha nacido para, al menos, poner nerviosos a esos Goliath que alardean en sus torres de grandes cilindradas y vueltas récord. Alpine ofrece un deportivo como los de antes, romántico a la vista y provocador en el asfalto, perfecto para aquellos que no olvidan el pasado pero que aprecian todo aquello que ofrece el presente.

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